viernes, 27 de mayo de 2011

jueves, 5 de mayo de 2011

Una sevillana

Una de las sevillanas que más me gusta es ésta, obra de Manuel Garrido y Manuel García, con interpretación de los Amigos de Gines (Gines es un pueblo próximo a Sevilla). A mí nunca me fue el baile ni el beber toda una noche, las relaciones sociales continuas me cansan (me gusta la soledad) pero debo reconocer que todo Sevilla es una fiesta en una semana como ésta y muchas mujeres están preciosas con sus trajes de flamenca, no importa la edad que tengan.

Algo se muere en el alma
cuando un amigo se va.

Cuando un amigo se va
y va dejando una huella
que no se puede borrar
y va dejando una huella
que no se puede borrar.

No te vayas todavía,
no te vayas por favor
no te vayas todavía
que hasta la guitarra mía
llora cuando dice adiós.

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Un pañuelo de silencio
a la hora de partir.

A la hora de partir
porque hay palabras que hieren
y no se deben decir
porque hay palabras que hieren
y no se deben decir

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El barco se hace pequeño
cuando se aleja en el mar.

Cuando se aleja en el mar
y cuando se va perdiendo
qué grande es la soledad.
y cuando se va perdiendo
qué grande es la soledad.

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Ese vacío que deja
el amigo que se va.

El amigo que se va
es como un pozo sin fondo
que no se vuelve a llenar.
es como un pozo sin fondo
que no se vuelve a llenar

No te vayas todavía,
no te vayas por favor.
no te vayas todavía
que hasta la guitarra mía
llora cuando dice adiós

lunes, 2 de mayo de 2011

El cambio llegará, de Sam Cooke

Esta canción ya tiene casi medio siglo, hay que ver. Viendo la letra uno puede imaginar a qué cambio se refiere.

Nací junto al río, en una pequeña tienda
y como el río sigo corriendo desde entonces
lleva mucho tiempo llegando pero sé, estoy convencido
de que el cambio llegará, si, llegará.
Esta vida es muy difícil pero tengo miedo a morir
porque no sé que hay después, más allá del cielo
lleva mucho, mucho tiempo llegando
pero sé que el cambio llegará, si, llegará.
Fui al cine a la parte sur
y no dejaban de decirme que no
lleva mucho, mucho tiempo llegando
pero sé que el cambio llegará, si, llegará.
Recurrí a mi hermano
y le dije: “hermano, ayúdame, por favor”
pero él terminó golpeándome
me puse de rodillas
Hubo veces en que pensé que no duraría mucho
ahora creo que soy capaz de soportarlo
lleva mucho, mucho tiempo llegando
pero sé que el cambio llegará, si, llegará.


domingo, 1 de mayo de 2011

El Fonendoscopio

Este poema va dedicado a la hija de mi amigo Lorenzo. Que está estudiando esa ilustre Ciencia de ayudar a los demás que se llama Medicina. Seguro que le gusta.

EL FONENDOSCOPIO

El fonendoscopio es el único instrumento capaz
de situar la subterránea tristeza del corazón.

Plantaciones de margaritas, cubiteras de hielo,
obuses rojos, se descubren con increíble asombro
al amplificar el sonido de adentro.
El ahogo de algunos corazones irrecuperables
se detecta en los oídos como un pitido débil,
mientras que los corazones con amplios espacios
de hierba retumban en los tímpanos durante horas.

El fonendoscopio permite detectar la hondura roja
y los soplos de viento en el corazón.
La existencia de viento en el latido puede deberse
a muchas causas: dormir sobre caballos alados,
encerrarse en una habitación con tres mil
mariquitas voladoras, rozar una mano
con la yema de los dedos.

Para los corazones empeñados en hacer viento,
el riesgo de locura y de abandono es alto,
dado el desequilibrio que supone tener siempre
gente volando por el corazón.

Auscultar las máquinas tragaperras, los buzones,
las ventanas del tren. Ir escuchando corazones de gente
por las calles, en las multitudes, en los amontonamientos.
Poner el fonendoscopio en las manos, en la espalda,
en las puertas, en los labios, para atender al ruido de adentro.

Situar el fonendoscopio sobre tu respiración,
sobre tu calma, para diagnosticar la descorazonada tristeza
de tu cercanía.

Raúl Vacas Polo: El ruido de adentro.