Recordar
a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es
un deber de España, un deber de amor. Pocos poetas tan generosos y luminosos
como el muchachón de Orihuela cuya estatua se levantará algún día entre los
azahares de su dormida tierra. No tenía Miguel la luz cenital del Sur como los
poetas rectilíneos de Andalucía sino una luz de tierra, de mañana pedregosa,
luz espesa de panal despertando. Con esta materia dura como el oro, viva como
la sangre, trazó su poesía duradera. ¡Y éste fue el hombre que aquel momento de
España desterró a la sombra! ¡Nos toca ahora y siempre sacarlo de su cárcel
mortal, iluminarlo con su valentía y su martirio, enseñarlo como ejemplo de
corazón purísimo! ¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de recuerdo, a paletadas de
claridad que lo revelen, arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche
armado con la espada de la luz!.
Pablo Neruda
"Aunque el otoño de la
historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido, jamás
renunciaremos ni al más viejo de nuestros sueños"
Miguel Hernández.
Hoy 28 de marzo, 72
aniversario de su muerte en la cárcel franquista de Alicante. En su recuerdo!
SONREÍR CON LA ALEGRE TRISTEZA DEL OLIVO
Sonreír con la alegre tristeza del olivo.
Esperar. No cansarse de esperar la alegría.
Sonriamos. Doremos la luz de cada día
en esta alegre y triste vanidad del ser vivo.
Me siento cada día más libre y más cautivo
en toda esta sonrisa tan clara y tan sombría.
Cruzan las tempestades sobre tu boca fría
como sobre la mía que aún es un soplo estivo.
Una sonrisa se alza sobre el abismo: crece
como un abismo trémulo, pero valiente en alas.
Una sonrisa eleva calientemente el vuelo.
Diurna, firme, arriba, no baja, no anochece.
Todo lo desafías, amor: todo lo escalas.
Con sonrisa te fuiste de la tierra y del cielo.
Esperar. No cansarse de esperar la alegría.
Sonriamos. Doremos la luz de cada día
en esta alegre y triste vanidad del ser vivo.
Me siento cada día más libre y más cautivo
en toda esta sonrisa tan clara y tan sombría.
Cruzan las tempestades sobre tu boca fría
como sobre la mía que aún es un soplo estivo.
Una sonrisa se alza sobre el abismo: crece
como un abismo trémulo, pero valiente en alas.
Una sonrisa eleva calientemente el vuelo.
Diurna, firme, arriba, no baja, no anochece.
Todo lo desafías, amor: todo lo escalas.
Con sonrisa te fuiste de la tierra y del cielo.