Agatón decía sobre el pasado: que ni siquiera Dios puede cambiarlo. Y el poeta Rimbaud escribió sobre el futuro: A l'aurore, armés d'une ardente patience, nous entrerons aux splendides villes. (Al amanecer, armados de una ardiente paciencia entraremos en las espléndidas ciudades.) Y añadía el Maesto Neruda: debo decir a los hombres de buena voluntad, a los trabajadores, a los poetas, que el entero porvenir fue expresado en esa frase de Rimbaud: solo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano.
Seguro que no será el año 2010. Pero por esos somos pacientes. Porque creemos en la dignidad, la justicia, y sobretodo en el ser humano.
Feliz año 2010 a todos.
EN INDIFERENCIA
¿Qué importa el año nuevo, el año viejo?
No es que el tiempo se vaya, es que nos vamos,
e involuntariamente celebramos
el triunfo de la muerte. No me quejo
de que se acerque inexorable; dejo
su amenaza al olvido. ¿Qué alcanzamos
con su presencia en el recuerdo? Estamos
a igual distancia en duelo o en festejo.
Despida al treinta y uno de diciembre
el cazador de fábulas, y siembre
a su paso utopías e intenciones.
Este es un día más, o un día menos;
todos los días son malos o buenos
conforme a nuestras propias decisiones.
Francisco Alvarez
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