Recuerdo que tenía discos suyos, difícilmente pagados cuando no llegaba a los veinte años. Recuerdo que fui a un concierto con un grupo de amigos a un inmenso patio de colegio donde se había instalado un escenario. Actuaron varios cantantes pero sólo me acuerdo de su voz profunda, esa voz que temblaba de indignación para cantar la deseada libertad y también para mandar a la mierda, mucho después, a un diputado. Un hombre de una pieza, de esas personas que cualquiera bien nacido quiso tener como amigo y compañero.
Hasta siempre compañero...
No hay comentarios:
Publicar un comentario