Si fuese posible curar las penas con el llanto y resucitar a los muertos con las lágrimas, el oro sería menos valioso que la tristeza. Sófocles, Escirios. Frag 510
domingo, 21 de agosto de 2011
Klaus Nomi
Fue un personaje extravagante, desde pequeño interesado en la ópera mezclándola con el rock y la música pop. Buscó triunfar en Nueva York y fue consiguiéndolo con mucho esfuerzo. Le gustaba, al modo del cabaret, mezclar géneros y crearse un personaje: una especie de marciano llegado a la Tierra con su voz de contratenor, de ahí los movimientos de muñeco articulado o robot que utiliza. Tuvo un éxito creciente, David Bowie se fijó en él. Homosexual declarado, contrajo el sida cuando estaba escalando fama y popularidad, sobre todo entre gente joven. El final fue terrible, con el cuerpo deformado por el sarcoma de Kaposi y el herpes. Es conmovedor saber que en su última noche, junto a su compañero, aún le decía que podría actuar detrás de un biombo, como el fantasma de la ópera. Actuar y cantar era su vida. Murió unas horas después.
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