miércoles, 8 de mayo de 2013


Durante todos los años de mi infancia recuerdo que no había dinero para casi nada. Era feliz con poca cosa (un balón, los amigos) y echando mucha imaginación a mis juegos. Pero, con los años, me llega de ese período, entre otros, un recuerdo constante: el de los pocos discos que disponían mis padres y que o escuchaba por mi cuenta muy a menudo, porque me gustaban mucho. Uno de ellos era una selección de valses y polcas de Chopin, destacando entre ellas este vals brillante.



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