jueves, 12 de julio de 2012

La tumba de Sir John Moore



Hay un curioso rincón tras las murallas de un viejo baluarte coruñés, transformado desde hace años en un bonito y silencioso jardín que se abre sobre las aguas del puerto, casi frente al castillo de San Antón. Lo más llamativo del lugar es que allí se encuentra la tumba de Sir John Moore, militar inglés que al mando de sus fuerzas se enfrentó a los franceses en la Guerra de la Independencia, muriendo en A Coruña con tan sólo 48 años de edad. Alcanzado por una bala de cañón durante la defensa de la ciudad, fue enterrado por sus hombres en ese baluarte, donde más tarde se erigiría su tumba y el jardín que la rodea. Hay allí un mirador sobre el puerto, flanqueado por dos poemas. El primero de ellos es del poeta inglés Charles Wolfe, del que os pongo un pequeño fragmento donde se relata ese primer enterramiento:

«No se oyó un tambor ni una nota funeral/ Cuando aprisa llevamos su cuerpo a la muralla/ Sobre la tumba donde depositamos al héroe/ Ni un soldado disparó salvas en su honor». El poema, con una extensión de más de 30 versos, finaliza en clave emotiva: «A lo lejos se oían cañonazos aislados/ Que el enemigo terco disparaba/ Lenta y tristemente le bajamos/ Del campo de su fama reciente y ensangrentada a la fosa/ Ni una línea grabamos, ni una piedra pusimos/ Le dejamos solo con su gloria».

Aquel desamparo inicial se convertiría luego en un bonito túmulo donde por lo que he visto aún se le siguen rindiendo honores. Rosalía escribió el otro poema, ya sobre esta nueva tumba en la que reposa el militar:

¡Cuan lonxe, canto das escuras nebras
dos verdes pinos, das ferventes olas
qu'o nacer viron!..; dos paternos lares
do ceo da patria, qu'o alumou mimosa
dos sitios ¡ay! do seu querer: que lexos
víu á caer baix'enemigo golpe
pra nunca mais se levantar, coitado!
..................................................
Mais que fermosa e sin igual morada
lle coup'en sorte ós teus mortales restos...
c'o seu respeto compasiva vela
pol-o estranxeiro á quen traidora morte
fixo fincar lonxe dos seus, e á alleos
víu á pedir o derradeiro asilo.
..................................................
Cando do mar atraveses as ondas
y o voso irman a visitar veñades
poñé na tomba o cariñoso oído
e se sentís rebuligar as cinzas
e s'escoitás indefinibres voces
e s'entendés o que esas voces digan
a y-alma vosa sentirá consolo
El vos dirá qu'arrededor do mundo
tomba millor qu'aquí atopou n'achara
senon dos seus antr'o amoroso abrigo.




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