domingo, 9 de septiembre de 2012

Twist


Antes de darme cuenta de que Dios me tenía reservado otro destino, de jovencito creo que fueron mis hermanos los que me enseñaron a bailar el twist. Era de lo más fácil, ponías fija la punta del pie y girabas los talones a un lado y otro mientras intentabas seguir el ritmo con los brazos y las caderas. Visto ahora, resulta un poco ridículo, a mi juicio. En fin, incluso entonces me veía torpe y ridículo yo mismo cuando bailaba.

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