Como muchos otros autores, coinciden contra ese mantra que repiten
machaconamente los rajoyistas de que no se puede gastar más de lo que se
ingresa, como si la economía de un país pudiera ser tratada como la doméstica,
que sería como equiparar un paseo por el Retiro en barca- que si no
tienes pasta no lo haces- con un crucero con una avería muy grave en agua
heladas con miles de personas dentro, que lo peor que puedes hacer es parar
las máquinas para ahorrar combustible porque se hundiría seguro.
El sentido común dice en
cambio que lo primero debería ser utilizar un suplemento de gasolina que nos
saque del perentorio momento, lo que sería mutualizar la deuda europea a lo que
los alemanes se resisten; que es verdad que habría que buscar una forma de
compensarles, desde luego, pero además como dice este articulo de Stiglitz , se
podría utilizar el órdago de la fractura del euro:” si yo me ahogo , tu te
hundes conmigo”.
Stiglitz
advierte de que pedir el rescate podría ser un suicidio para España
El
Nobel de Economía se pregunta si el BCE, con su oferta de compra ilimitada de
deuda, que "suena claramente a rescate", pretende ayudar a los
ciudadanos o a los bancos.
MARINA
ESTÉVEZ - EFE
El
premio Nobel de Economía 2001 y catedrático de economía de a Universidad de
Columbia, Joseph E. Stiglitz, que ha ingresado en la Real Academia de Ciencias
Económicas y Financieras española en acto celebrado en el CaixaForum de Madrid,
ha advertido en una entrevista que si España opta finalmente por solicitar la
ayuda del BCE a cambio de unas condiciones de austeridad como las impuestas a
países como Grecia, el país estaría cometiendo un "suicidio".
Stiglitz ha dejado claro que la oferta del BCE de una compra ilimitada de bonos
a cambio de satisfacer condiciones aún no especificadas "suena claramente
a rescate" y a una oferta de ayuda "a cambio del suicidio". A
juicio del estadounidense, que también ha promocionado en Madrid el libro “El
precio de la desigualdad” (Taurus), la cuestión es saber si lo que pretenden
las autoridades monetarias es ayudar a los ciudadanos o a los bancos, que
incurrirían en pérdidas en caso de que España no pudiese refinanciar su deuda.
Muy
crítico con las políticas de austeridad a ultranza, Stiglitz tiene claro que
Europa debería poner el foco en el crecimiento y la inversión si quiere
reestructurar su economía, y cree que "el diagnóstico alemán está
absolutamente equivocado" cuando acusa a países como España de gastar
demasiado. De hecho, si España no sólo no ha conseguido salir de la depresión,
sino que cada vez profundiza más en ella, es porque los funcionarios
internacionales han "subestimado" la magnitud de la crisis que
provocarían con sus recetas de austeridad, según Stiglitz.
Aunque
intenten achacar la responsabilidad a España por incumplir sus objetivos
fiscales, la culpa es de un error de diagnóstico del problema y unas recetas
equivocadas, añade. Por este motivo aconseja al país que trate de buscar una
fuerte alianza con Francia, Italia o Portugal frente a Alemania, con el
objetivo de cambiar el marco europeo. Y si esto no funciona, apunta hacia una
fractura del euro como mal menor frente a una depresión de la que no se ve la
salida.
"Se
puede ser miembro de la UE sin compartir una misma moneda. Los arreglos de
divisas a menudo han sido relativamente a corto plazo", remacha Stiglitz,
con el ejemplo de los treinta años que duró el patrón oro establecido en
Bretton Woods (1944-1971). Aunque reconoce que la ruptura fue "dramática"
hasta que el mundo se acostumbró a otro sistema.
En
todo caso, el mejor escenario para Stiglitz, sería que Alemania diese su brazo
a torcer y aceptase mutualizar la deuda europea, ordenar un marco bancario
común "rápidamente" y promover una armonización fiscal. La cuestión
es superar ideas "falaces" -según su definición- como que la economía
de un país es como la de una familia. "Si una familia recorta en su gasto
no tiene ningún efecto en la sociedad. Si un gobierno recorta, la demanda total
caerá y el paro subirá. Y la capacidad de devolver lo que debe baja, sus
ingresos impositivos caen y su gasto en desempleo y programas sociales
sube", enumera Stiglitz.
Para
el norteamericano -defensor de movimientos como el 15-M y Occupy Wall Street-
este es "exactamente el razonamiento por el que Europa está
fallando", y el déficit en los presupuestos no han mejorado como la gente
esperaba. "Las consecuencias han sido distintas de lo que esperaba la
gente que dice que un país debe gobernarse como una economía doméstica",
afirma Stiglitz, para quien la recesión no es el momento adecuado para recortar
el gasto.
Por
esto también se muestra convencido de que una eventual victoria del republicano
Mitt Romney en las elecciones de noviembre en EEUU debilitaría la economía de
aquel país. "Si hace lo que está prometiendo, la economía se debilitará.
EEUU ya ha tenido un proceso de austeridad, hay un millón de puestos de trabajo
público menos que antes de la crisis. Y lo que es peor: está dispuesto a
incrementar la desigualdad. Si ves su programa, lo único que quiere aumentar es
el gasto militar, así que seríamos una economía incluso más distorsionada e
injusta, menos eficiente, y con más desempleo".
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