miércoles, 1 de julio de 2015

Camino del Averno en busca de su amada Eurídice, Orfeo encuentra las Furias y los Espectros que le impiden pasar. Entonces canta con dolor:
Sombras esquivas, yo también,
como vosotras, sufro mil dolores;
llevo conmigo mi propio infierno,
lo siento en el fondo de mi corazón.
Las Furias vacilan:
¡Ah!¡Qué insólito
sentimiento gentil
viene a detener dulcemente
nuestra furia implacable!
Y Orfeo sigue cantando para que le den paso:
Seríais menos severas
con mis lágrimas,
con mis lamentos,
si por un solo instante sintierais
lo que es morir de amor.
En este diálogo, finalmente, las Furias son vencidas:
Dejemos que chirríen las puertas
sobre sus negros goznes;
y permitamos libre
y seguro paso al vencedor
Atención al gran coro de esta ópera de Gluck.

No hay comentarios:

Publicar un comentario