Camino del Averno en busca de su amada Eurídice, Orfeo encuentra las Furias y los Espectros que le impiden pasar. Entonces canta con dolor:
Sombras esquivas, yo también,
como vosotras, sufro mil dolores;
llevo conmigo mi propio infierno,
lo siento en el fondo de mi corazón.
como vosotras, sufro mil dolores;
llevo conmigo mi propio infierno,
lo siento en el fondo de mi corazón.
Las Furias vacilan:
¡Ah!¡Qué insólito
sentimiento gentil
viene a detener dulcemente
nuestra furia implacable!
sentimiento gentil
viene a detener dulcemente
nuestra furia implacable!
Y Orfeo sigue cantando para que le den paso:
Seríais menos severas
con mis lágrimas,
con mis lamentos,
si por un solo instante sintierais
lo que es morir de amor.
con mis lágrimas,
con mis lamentos,
si por un solo instante sintierais
lo que es morir de amor.
En este diálogo, finalmente, las Furias son vencidas:
Dejemos que chirríen las puertas
sobre sus negros goznes;
y permitamos libre
y seguro paso al vencedor
sobre sus negros goznes;
y permitamos libre
y seguro paso al vencedor
Atención al gran coro de esta ópera de Gluck.
No hay comentarios:
Publicar un comentario