"Se recuerdan los bombardeos indiscriminados sobre la población civil de noviembre del 36 en Madrid, las bombas italianas sobre Barcelona en marzo del 38, el bombardeo que arrasó Guernika en abril del 37. En cambio habían pasado bastantes desapercibidos los 'bombardeos científicos' sobre cuatro pueblos del Alto Maestrazgo: Benassal, Ares, Vilar de Canes y Albocàsser.
El 15 de abril de 1938 el ejército fascista ocupa Vinaròs y divide en dos la zona republicana. Ese mismo día ocupan el aeródromo de La Sénia y aparcan allí los Junker Ju 87A Stuka de la Legión Cóndor. Los pilotos alemanes, auténticos turistas con privilegiadas vistas sobre la contienda, montan el campamento y deciden matar el tiempo y algunos civiles.
Benassal, Ares, Vilar de Canes y Albocàsser no tienen el más mínimo interés estratégico y el frente anda cada vez más lejos, así que la Legión Cóndor aprovecha el buen clima y la calma para experimentar sobre la efectividad de los bombardeos en picado con bombas de 500 quilos.
El mayor Leopold Graf Fugger von Babenhausen, de los Fugger de toda la vida, banqueros de Carlos V, es el encargado de poner los deberes y redactar los informes, en los que constan las excelentes notas que sacan los despreocupados muchachos de la Luftwaffe. Es el informe RL35/34, 49 páginas y 65 fotografías sobre la precisión y destrucción de la táctica del bombardeo en picado ampliamente desarrollada en la II Guerra Mundial.
En el informe se detalla el resultado del bombardeo de Benassal del 25 de mayo, que destruyó todo su patrimonio del centro histórico y produjo 13 víctimas mortales (no contabilizadas en el informe). Tampoco se contabilizan la muerte de una madre y sus cuatro hijas, con otra mujer que estaba de visita, del bombardeo de Ares del 29 de mayo. Eso sí, constan el escaso margen de error de las bombas sobre el objetivo fijado (inferior a 5 m2) y el diámetro y profundidad que dejan los impactos. Los detalles técnicos, vaya, que la cosa iba de ingeniería.
En las fotos podemos ver a los pilotos alemanes de vacaciones pagadas; los chicos de la Cóndor mirando al pajarito y un caballero teutón posando en su laboratorio.