Era viejo, nada guapo, vestía correctamente. A pesar de tener premios sin cuento (28 grammys musicales nada menos), emocionar a las audiencias a lo largo de medio siglo XX, a partir de los 50 años empezó a negarse a tocar en directo, aquejado de inseguridad en su prodigiosa técnica pianística. Sin embargo, sus grabaciones prosiguieron causando un gran impacto entre los melómanos.
Cuando veo a estas pianistas de ahora, con marcados escotes, minifaldas y casi en ropa interior y haciendo movimientos sexis mientras tocan, a uno le viene a la memoria la pasión con que el público siguió siempre a Vladimir Horovitz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario