Allí donde rompen las olas
voy
pisando la arena
y lentamente se desvanece mi pisada,
con el reflujo del agua
retirándose para no volver.
Dentro de mí llevo
huellas similares,
hierro caliente rojo en el corazón,
que para no abatirse
con el reflujo del tiempo
recuerdan manos tibias y besadas
y piel contra piel
y rastros de sueños,
de quimeras,
de deseo, de sentimientos.
Y de ellos he aprendido y
todavía estoy aprendiendo,
y vivo.
dejando mi pisada
en las arenas calientes del camino
donde lentamente desaparecen,
cuando el reflujo de las olas
se las lleva
No hay comentarios:
Publicar un comentario