martes, 31 de marzo de 2020

Días tristes

En los días tristes no se habla de aves.
Uno llama a los amigos que no están
y luego pide fuego en la calle
como quien pide un corazón aún intacto.

En los días tristes es invierno
caminamos helados con el cigarrillo en la mano
quemamos el viento y decimos -¡Buenos días!
a las personas que pasan
pero cuando ya han pasado
sin que lo notáramos.

En los días tristes  uno habla solo
y un ave siempre se posa sobre las cosas
en lugar de posarse en nuestro corazón
y sin hablar con nosotros.

Filipa Leal
(Poeta portuguesa)




domingo, 22 de marzo de 2020

Dias Extraños

Por mi propia naturaleza tiendo al optimismo. Pero es complicado ser optimista en una situación que va a ser para muchas personas trágica a nivel personal por la perdida de seres queridos, y trágica a nivel económica, cuando esto pase para muchas familias. Es difícil verle algún lado bueno a este prisma, qué lo gires como lo gires, todas sus caras muestran algún tipo de tragedia personal, pero si lo tiene, yo lo encontraría en que esta situación nos está dando un b...año de realidad que era muy necesario en nuestra sociedad, quién más y quién menos se está empezando a dar cuenta que la vida qué vivíamos, porque ya hay que hablar en pasado, tenía mucho de fantasía, de andar cada uno pendiente de sus propias tonterías y creernos invulnerables, inmortales.
Bien está de que nos empecemos a dar cuenta todos que esto es una guerra, y cómo en todos los tiempos de guerra que han tenido que afrontar nuestros antepasados a lo largo de incontables siglos, el consejo solamente es uno. La cabeza muy fría y el corazón caliente, la cabeza de fría porque no es tiempo, ni de miedo, ni de pánico, ni de irracionalidad, ni de histerismo, ni de irá, es tiempo sencillamente de hacer lo mejor para nosotros mismos, para los nuestros, y para nuestra comunidad, sin quejas, sin lamentos, sin aspavientos y tiramos para adelante. Y el corazón caliente, porque el amor, la fraternidad, el compañerismo, la amistad, son las cosas, que no solamente nos van a calentar el corazón, si no que nos van a mantener cuerdos, y sobretodo sensatos.


Un abrazo

Parte de guerra. Diario de un confinamiento.



 

martes, 17 de marzo de 2020

Días Extraños

Se agradece infinitamente en estos momentos tan difíciles el calor humano, la solidaridad y el apoyo.

Las crisis humanitarias (y nos enfrentamos a una que no había conocido nuestra generación) sirven para recuperar la confianza en la humanidad. Y son escasos los que decepcionan.






sábado, 14 de marzo de 2020

Tiempos de Pandemia

En estos tiempos de Pandemia voy a contar una historia para aquellos que no pueden salir de casa por el confinamiento. Una leyenda del Rey Salomón.
Cuenta una leyenda que, estando en su lecho de muerte, el rey David hizo llamar a su hijo Salomón y le entregó una caja cerrada con un anillo en su interior, diciéndole:
"Cuando te encuentres en una mala situación, acosado por las dudas y tus enemigos, mira el anverso del anillo. Cuando creas que tu felicidad no puede ser mayor, ...mira el reverso"
Tras lo cual el rey David murió en paz.
Pasados los años, hubo hambre, malas cosechas, enfermedad, guerras y el pueblo se levantó contra el rey Salomón. Él, recordando las palabras de su padre, abrió la caja y miró el anverso del anillo; en él ponía: "Esto pronto pasará".
Sintiéndose reconfortado y lleno nuevamente de confianza, Salomón venció a sus enemigos y apaciguó al pueblo.
No tardarían en llegar las buenas cosechas, y el reino prosperó y se hizo grande y rico. Entonces Salomón, recordando de nuevo las palabras de su padre, miró esta vez el reverso del anillo. En él ponía: "Esto también pasará pronto"
Porque a las vacas gordas siguen las vacas flacas, lo mejor es poner siempre al mal tiempo buena cara... Esto también pasará pronto y dentro de nada todo quedará en un mal sueño, en un puñado de anécdotas y otro episodio para la Historia. Cuidaos mucho!!



 

viernes, 13 de marzo de 2020

Del pasado...

Ahora ando estudiando el arte rupestre, las primeras manifestaciones artísticas del hombre. Aunque los bisontes de Altamira son una de las cumbres de ese arte, quiero traer aquí las "Manos en negativo" encontradas tanto en la Cueva de Monte Castillo (Cantabria) y otras posteriores (a las que corresponde la foto) nada menos que de la Cueva de Santa Cruz, en Argentina.

Pese a la distancia temporal ...
(unos 3.000 años) y geográfica, la técnica es la misma: colocar la mano libre del artista y soplar sobre ella, tal vez con una caña, una mezcla de óxido de hierro y resinas vegetales o grasa animal que sirviese de aglutinante.

No se sabe cuál es el significado de estas manos. Se dice que las manos debían ser para ellos una fuente de vida y fuerza. Me quedo con otra opción que no es incompatible: el deseo de trascendencia. Resulta impactante saber que esas manos fueron la huella de hombres que vivieron hace diez milenios, que quisieron tal vez conservar sobre el tiempo una huella de su existencia en el mundo, tan efímera.
 
 

sábado, 7 de marzo de 2020

KANAGAWA

“La gran ola de Kanagawa”, también conocida como La ola o La gran ola, es una famosa obra del pintor japonés Katsushika Hokusai, datada entre 1830 y 1833, durante el período Edo de la historia de Japón.



En tatuajes... Kanagawa


En maquillaje... Kanagawa

 
 
En edificios... Kanagawa
 
 
 
En la moda... Kanagawa
 
 

martes, 3 de marzo de 2020

La historia de los mapas

Pues se ha quedado la tarde buena para contarles una historia.
Una historia que trata de poder. De espionaje. De muerte. De una carrera para hacerse con el control del mundo.
Todo ello alrededor de un mapa.
Hablemos del planisferio de Cantino. ¿Me acompañas?
Pongámonos en situación.
Lisboa, 1501. Hacía dos años del regreso de Vasco Da Gama de la India, demostrando que se podía llegar a Oriente por mar, bordeando el Cabo de Buena Esperanza y abriendo una nueva ruta.
Con ello, Portugal podía convertirse en el centro del mundo.
A principios del s. XVI, Lisboa era una ciudad en plena ebullición.
Las noticias sobre nuevas tierras situadas más allá del océano inundaban las calles, y el puerto de la ciudad se llenaba de historias fascinantes.
Parecía que todo era nuevo, que todo estaba por descubrir.
El viaje de Vasco Da Gama abría una perspectiva radicalmente nueva: poder llegar a Oriente por mar significaba ahorrarse la necesidad de atravesar Europa y parte de Asia: era un viaje caro, largo y peligroso, sobre todo después de la toma de Constantinopla en 1453.
A finales de la Edad Media, los más acaudalados paladares de Europa buscaban nuevos sabores que provenían de Oriente: la pimienta, la nuez moscada, la canela, el jengibre, el clavo... Eran productos muy solicitados, utilizados tanto en cocina como en medicina y cosmética.
Las especias llegaban a tener precios astronómicos. Eran un indicativo de poder económico, de refinamiento, de estatus.
Quien tuviera el control de ese comercio tendría el poder.
¿Y quién tenía ese poder en el siglo XV? Venecia.
Los venecianos tenían el monopolio del comercio europeo de especias, tras comprarlas a comerciantes árabes en El Cairo y Alejandría, que a su vez se las habían comprado a los indios, que a su vez las adquirían en el Sudeste Asiático.
Un negocio redondo. Y tremendamente lucrativo.
Por ello, la noticia de que un portugués había logrado una ruta alternativa que podía controlar Portugal, y que podría traer especias a Europa de forma mucho más rápida, barata y segura era una pesadilla para los venecianos.
Simplemente, lo consideraban su ruina.
Bien. Volvamos a la bulliciosa Lisboa.
1501. La ciudad estaba repleta de comerciantes y delegados de diferentes cortes y casas ducales europeas.
Estaban donde estaba el negocio, y vaya si ahí había negocio.
Uno de esos delegados era un tal Alberto Cantino, que trabajaba para Ercole d'Este, duque de Ferrara (en la foto retratado por Dosso Dossi).
Oficialmente, Cantino era su representante comercial y político.
Pero, extraoficialmente, era un espía al servicio de la casa d'Este.
Supuestamente, Ercole había enviado a Cantino a Lisboa con fines comerciales; una simple visita oficial.
Pero nada más lejos de la realidad. En diciembre de 1501, Cantino pagó 12 ducados de oro a un cartógrafo por un mapa que mostrara los últimos descubrimientos geográficos.
Tengamos en cuenta que, a principios del siglo XVI, 12 ducados de oro venecianos eran una suma que poca gente veía en su vida. Un desembolso más que considerable.
No conocemos el nombre del cartógrafo que hizo el trabajo, pero sí conocemos el trabajo.
Cantino se estaba jugando la vida.
Pero merecía la pena.
Abandonó Lisboa, en secreto. Y el mapa fue con él. De forma clandestina, escondidos, el mapa y él dejaron Portugal y llegaron a Génova, donde se lo entregó a Francesco Catanio, embajador genovés en Aragón y Francia.
Cantino siguió el viaje y llegó a Roma. En Génova, el planisferio fue copiado por Nicolo de Caverio, el principal cartógrafo de la república.
El original siguió su viaje, y llegó a Ferrara, a las manos Ercole d'Este. El peligroso (y valiosísimo) mapa se quedó ahí hasta 1592.
El conocimiento es poder. Y, teniendo en sus manos una información que nadie tenía más allá de Portugal, Ercole era tremendamente poderoso. Y eso era lo que quería hacer ver.
Pero, ¿por qué este planisferio es tan importante para la Historia de la Cartografía?
Veámoslo.
El planisferio de Cantino, como decíamos, es un reflejo vivo, actual, de los últimos descubrimientos geográficos realizados a principios del XVI.
Era el mapa con la información más actualizada de los que podía haber.
Muestra zonas que habían sido conocidas por los europeos poco antes. Menos de dos años antes, Pedro Alvares Cabral había llegado a Brasil, que se representa en la parte izquierda del mapa.
Pero el planisferio también es una obra de arte maravillosa. Policromada a mano con los mejores materiales, y con detalles técnicos realmente preciosos.
El planisferio de Cantino es una de las obras más alucinantes del s. XVI. No solo es un mapa; también es un arma. Un arma de poder, de conocimiento, de información.
Y una obra de arte alucinante.
Antes decíamos que se depositó en la biblioteca de Ercole d'Este hasta 1592. Pero, ¿qué ocurrió entonces?
Pues que llegó el Papa Clemente VIII e incorporó Ferrara a los Estados Pontificios.
Y la biblioteca de la Casa d'Este, incluido el mapa, fue a parar a Módena.
Y ahí es donde está hoy. En la Biblioteca Estense Universitaria de Módena. Viendo pasar el tiempo sin que el tiempo pase por él.
Porque esa es la magia de los mapas: están ahí, silenciosos, mostrándonos que no son simples representaciones gráficas. Son mucho, mucho más que eso.