La esvástica es un símbolo de dudoso origen, pese a su simplicidad, por cuanto surgió en distintas civilizaciones de forma independiente y desde hace siete mil años nada menos. Antes de que los nazis se apropiaran de él (como de tantas cosas, la teoría eugenésica, la música de Wagner), estuvo muy presente en la arquitectura romana e india, sobre todo.
En la foto, un pavimento en la villa romana de la Olmeda, en Palencia
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