Varias personas importante de mi vida me dejaron durante este mes de Julio. Una de ellas fue mi madre, ya hace largos años, otra fue mi querida amiga, Tere, que falleció el pasado año, ayer recibí un mensaje de que la hija de mi amiga estaba embarazada de gemelos, que pena cuanto le habría gustado a Tere tener entre sus brazos a sus nietos. Y, sin embargo, es la constancia de que la vida sigue, que el mundo no se acaba con nosotros. Viene detrás la gente joven con sus ilusiones y sus planes de vida, todo vuelve a repetirse. Lástima que esos nietos no conozcan a su abuela, lástima que la abuela no pueda conocerles, son cosas que deben aceptarse aunque duelan. Y mucho.
Si fuese posible curar las penas con el llanto
y resucitar a los muertos con las lágrimas, el oro
sería menos valioso que la tristeza
Sófocles, Escirios. Frag. 510
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