La conocida serenata que, cuando es cantada, tiene esta letra:
Quedo te imploran mis canciones
a través de la noche.
¡Abajo, en la tranquila arboleda,
amada, ven allí a mi lado!
Murmurantes, esbeltas copas susurran
a la luz de la luna;
del traidor el acecho hostil
no temas, tú, amada.
¿Oyes gorjear a los ruiseñores?
¡Ay! Ellos te imploran.
Con el sonido de dulces quejas
imploran por mí.
Comprenden el anhelo del pecho,
conocen el dolor del amor,
conmueven con los argentinos sonidos
a todo tierno corazón.
Deja también conmoverse tu pecho,
amada, escúchame;
¡Trémulo aguardo el encuentro!
¡Ven, hazme feliz!
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