Con los años me he vuelto escéptico de muchas cosas, gente que promete el oro y el moro, farsantes que intentan embaucarnos, narcisistas que se creen el ombligo del mundo, etc. Me he vido haciendo crítico a todo, le veo las vueltas a las grandes frases, asoma el engaño detrás de muchas convicciones... Sin embargo, hay historias, normalmente de gente joven que da la cara en esta vida, que me emocionan y me hacen tener la seguridad de que siempre hay esperanza.
Éste es el caso de la historia que adjunto, una familia que arrima el hombro por su hija, una hija que responde y sueña y consigue llegar a lo más alto entre carencias. Es un retrato de nuestra España actual, donde tantos jóvenes prometedores se malogran o tienen que escapar del país. Ya sé que hay peligros, que puede ser mucha exigencia fruto de demasiadas expectativas, que los padres sacrificados pueden llegar a ser insufribles, que lo importante es la felicidad de la chiquilla sobre la fama efímera. Pero si la saben llevar ¿qué le espera en su vida? ¿Qué metas puede alcanzar?
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