Rozas con el dedo los lugares
a los que nunca viajaremos juntos.
Luego pasa el dedo por mis labios
en señal de silencio.
Sabe a blanco papel y a queratina,
a satén y a lejanía,
a parajes desiertos.
Aquí
tan cerca de nosotros.
Tan
juntos.
Tan solos.
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