viernes, 27 de julio de 2018

La biblioteca de noche

"Mientras duró, el bloque 31 (en el campo de exterminio de Auschwitz) albergó a quinientos niños junto con varios prisioneros que habían sido nombrados "consejeros" y, a pesar de la estrecha vigilancia a que estaba sometido, contó, contra todo pronóstico con una biblioteca infantil clandestina. Era minúscula: consistía en ocho libros, entre ellos la Breve historia del mundo de H.G. Wells, un libro de texto ruso y otro de geometría analítica. Al final de cada día, los libros, junto con otros tesoros, tales como medicinas o algunos alimentos, se encomendaban a una de las niñas de más edad cuya tarea consistía en ocultarlos cada noche en un lugar diferente".


"La biblioteca de noche"


Alberto Manguel



Niña con piebaldismo.

El texto que aparece al pie del cuadro nos cuenta su historia: "Mary Sabina nació el 12 de octubre de 1736. Sus padres Patrona y Martiniano eran una pareja de esclavos negros en la hacienda de Mantua en Cartagena de Indias". 
La descubrió un sacerdote jesuita que visitaba a los enfermos en el hospital de la plantación. Se encontró con una mujer tenía en sus brazos una pequeña de seis meses. Nunca había visto nada igual, la apariencia de la niña era algo extraordinario. Un perro blanco y negro acompañaba a la madre y pensó que haber convivido con la mascota durante el embarazo, podría haber influido en el color de la niña.
Hoy día sabemos que el piebaldismo es una rara condición genética autosómico dominante, que produce áreas de despigmentación debido a la ausencia de melanocitos en las zonas afectadas.
El aspecto de los sujetos que padecen este trastorno, recuerda al de un vitíligo generalizado.



Libre

La verdadera historia de la canción “libre”, de Nino Bravo.
La canción “Libre” escrita por José Luis Armenteros y Pablo Herreros, y magistralmente cantada por Nino Bravo, está inspirada en la historia de Peter Fechter, un joven de poco más de 19 años, “casi veinte”, que fue el primer alemán que intentó saltar en 1962 el recién estrenado muro de Berlín. Llegó al muro acompañado de un amigo, Helmut Kubelik, que por suerte si llegó a rebasarlo, pero Peter, una vez que se encaramó al mismo, recibió el alto de los soldados soviéticos, pero como dice la canción “marchaba tan feliz que no escuchó la voz que le llamó” y de esta manera, al no ser atendido el alto, dispararon sobre el joven que fue alcanzado por varios disparos y cayó del muro en lo que se denominaba “zona de nadie”. Allí quedó tendido a la vista de todos, ciudadanos, periodistas y militares, pidiendo auxilio mientras se desangraba a borbotones, sin poder moverse por la seriedad de las heridas, y sin nadie que se atreviera a recogerlo. Los occidentales tenían miedo de recibir disparos en aquella nueva situación y tan solo se atrevieron a lanzarle un botiquín, que de nada sirvió a un Peter Fechter casi moribundo y a cada minuto con menos vida. Los rusos a los que pertenecía la zona muerta aguardaron unos interminables 50 minutos de agonía de Peter hasta que procedieron a recogerlo, momento que queda recogido en la foto que acompaña el texto.
El pueblo berlinés que presenciaba la escena gritaba a ambos bandos que evitaran su muerte, pero nadie hizo nada: incluso las fuerzas occidentales impidieron que ningún civil acudiera a ayudarlo. Al final, en el lugar del suceso solo quedaron flores que fueron lanzadas por los indignados berlineses.
No sería el último en morir en el muro, aun vendrían 260 más. El último fallecido de esta larga lista fue Chris Gueffroy, en 1989, que curiosamente tenía también veinte años… Hoy en día hay un monumento en el lugar en el que cayó Peter y también hay una canción cuya letra viene bien releer desde esta nueva óptica. Nino Bravo quiso interpretarla tras la impresión que le provocó esta fotografía.

La canción que todos hemos canturreado alguna vez dice:

“Tiene casi veinte años y ya está
cansado de soñar;
pero tras la frontera está su hogar,
su mundo y su ciudad.
Piensa que la alambrada sólo
es un trozo de metal
algo que nunca puede detener
sus ansias de volar.
Libre,
como el sol cuando amanece yo soy libre,
como el mar.
Libre,
como el ave que escapó de su prisión
y puede al fin volar.
Libre,
como el viento que recoge mi lamento y mi pesar,
camino sin cesar,
detrás de la verdad,
y sabré lo que es al fin la libertad.
Con su amor por bandera se marchó
cantando una canción;
marchaba tan feliz que no escuchó
la voz que le llamó
y tendido en el suelo se quedó,
sonriendo y sin hablar;
sobre su pecho, flores carmesí
brotaban sin cesar.”


martes, 24 de julio de 2018

El Camino y la desconexión.





Eso de que el Camino te ayuda a desconectar me parece una de esas reflexiones indiscutibles que se convierten en tópico por goleada. Y no le falta verdad, se consigue, pero si ahondamos un poquito más, no es la desconexión del "otro mundo" lo que nos engancha y atrae, es la RECONEXIÓN que gradualmente experimentamos con lo que somos y sentimos, con nuestras zonas oscuras y luminosas.
Lo que más nos llega es esa fuerza con la que despierta la zona luminosa para ir cubriendo poco a poco a la más oscura, la que nos desequilibra, la que no nos permite transitar por la Vida en paz.
Esa luz ofrece soluciones sencillas a situaciones que parecían complicadísimas. Descubrirnos que sabemos usar nuestra luz en momentos oscuros. El Camino nos ayuda con todas sus metáforas.
Y esa luz termina siendo tan acogedora que se instala en nosotros con tanta fuerza que termina siendo una forma de adicción maravillosa de la que es difícil salir. ¿A quién no le hace sentir bien saberse en equilibrio?


 Si lo que realmente quisiéramos fuera desconectar definitivamente de "la otra vida", lo haríamos, no volveríamos, nos inventaríamos otra vida en la que vivir.


 Pero volvemos.


 Y volvemos para poder volver de nuevo al Camino, para experimentar en cada retorno el subidón de luz una y otra vez, para disfrutar en cada paso de la reconexión con nuestra esencia.
Volvemos al Camino para reconectar.... la desconexión está, sí, pero es secundaria, necesaria pero secundaria, y viene como efecto directo de la reconexion con nosotros mismos.




viernes, 13 de julio de 2018

CON EL AGUA AL CUELLO

CON EL AGUA AL CUELLO
Basilio Arroyo despertó solo en casa. Salió a la calle, pero no encontró a nadie. Las tiendas cerradas, la iglesia vacía y el ayuntamiento cerrado a cal y canto. A media mañana los huertos cercanos a la ribera empezaron a inundarse, después las calles más bajas y cuando se dio cuenta, el agua ya le llegaba al cuello. Al final recordó qué día era y, nervioso nadó hasta el campanario y empezó a subir con la vana esperanza que el agua del nuevo pantano no llegase a cubrirlo todo.


“Los labios que toquen licor no tocarán los nuestros”

“Los labios que toquen licor no tocarán los nuestros”, reza la pancarta de esta fotografía tomada en los EEUU en el año 1919. La imagen forma parte de una de las campañas realizadas por el "Temperance movement“, organización que nació 1910 en Estados Unidos con el objetivo de limitar o prohibir el consumo y la producción de bebidas alcohólicas.
Los efectos de la embriaguez en las familias -en una sociedad en la que las mujeres tenían derechos limitados de divorcio o custodia, o incluso controlar sus propias ganancias- y la creciente evidencia de los efectos nocivos del alcohol, impulsaron este movimiento que promovía la abstinencia alcohólica individual, al tiempo que exigía a los gobiernos la prohibición por ley de la fabricación y venta de alcohol.
Las mujeres tuvieron un papel importante en la lucha política contra el alcohol. Por ejemplo, la Unión de Templanza Cristiana Femenina fue fundada en 1874 y se convirtió en uno de los grupos de mujeres más grandes e influyentes del siglo XIX.
Entre las medidas adoptadas por el Temperance movement, hay una especialmente curiosa, las Temperance songs, composiciones musicales que eran cantadas y representadas en las puertas de los establecimientos que vendían alcohol. Las letras, claro está, hacían referencia a los males que la bebida acarreaba. Además de composiciones propias, usaron canciones ya conocidas de la época, por ejemplo, "Oh! Susanna ", modificando la letra para incluir su mensaje. Por cierto, el eslogan de la pancarta de la fotografía, "Los labios que tocan licor nunca tocarán el mío", es el título de una de esas canciones.
Durante el siglo XIX y principios del XX, este movimiento estuvo activo en muchos países, particularmente en los de habla inglesa y en Irlanda. Las campañas que pusieron en marcha fueron decisivas en la promulgación de la Ley Seca, vigente en los Estados Unidos desde 1920 a 1933.


sábado, 7 de julio de 2018

Nouela

Nouela es una cantante y multi instrumentista de Seattle, EEUU de padres noruegos y coreanos… Su versión del clásico de Simon & Garfunkel es una auténtica maravilla…

domingo, 1 de julio de 2018

Ricardo García Nieto


LA META NO ES ALCANZARLA

Tal vez la meta sea no alcanzarla,
un espejismo al que te va llevando
la inercia que trajiste de otro mundo.
Tal vez pudiera ser algo palpable,
un tesoro, un lugar inexplorado
del que te alejas cuando estás más cerca,
la tierra prometida que se esconde
cuando muerde su labio la esperanza,
y la fatiga insiste en preguntarte
si quedan unos metros o mil años,
si un eterno retorno la hará tuya
o si será un anhelo inasequible.

Tal vez la meta sea no alcanzarla,
que te rescaten cuando ya te has ido
o que vuelvas al mundo una y mil veces
con la profunda herida de estar cuerdo

                        Ricardo García Nieto
          (Diecinueve poemas y una traducción)