viernes, 13 de julio de 2018

CON EL AGUA AL CUELLO

CON EL AGUA AL CUELLO
Basilio Arroyo despertó solo en casa. Salió a la calle, pero no encontró a nadie. Las tiendas cerradas, la iglesia vacía y el ayuntamiento cerrado a cal y canto. A media mañana los huertos cercanos a la ribera empezaron a inundarse, después las calles más bajas y cuando se dio cuenta, el agua ya le llegaba al cuello. Al final recordó qué día era y, nervioso nadó hasta el campanario y empezó a subir con la vana esperanza que el agua del nuevo pantano no llegase a cubrirlo todo.


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