El día que Conan Doyle, el autor de Sherlock Holmes y su mujer intentaron engañar al mismísimo mago Houdini...
Un hecho que convirtió a Houdini desde ese momento en el mayor enemigo que han tenido los médiums y videntes jamás.
Harry Houdini, el considerado mejor mago de la historia y Conan Doyle se conocieron durante un espectáculo del primero en 1920. Ambos compartían el interés de la sociedad por el espiritismo, y los dos echaban de menos a una persona: Houdini a su madre y Doyle a su hijo.
En una ocasión Doyle le dijo a su buen amigo Houdini que su mujer, Jean Lackie podía contactar con su madre. Houdini, aunque compartía el interés, a la vez era escéptico, al fin y al cabo, era un maestro de la magia y no se creía a ningún espiritista, nunca daban una.
El día de la sesión, solo se sentaron Doyle, su mujer y Houdini. Pusieron una luz baja y los tres juntaron sus manos para empezar el “ritual”. En ese momento la esposa de Doyle entró en “trance”, cogió unas hojas y empezó a escribir sin parar.
La carta empezaba con una cruz, estaba escrita en inglés y se refería a Houdini como Harry. En ese momento el mago no dijo nada, solo sonrió y se marchó. El matrimonio Doyle pensó que se sentía tan maravillado que la emoción pudo con él en ese momento.
Nada más lejos, Houdini acusó a ambos de estafadores en un artículo en prensa. Para empezar la madre de Houdini era húngara, y jamás aprendió inglés mientras vivió en EEUU. Doyle se defendió diciendo que en el más allá se aprenden idiomas.
En la carta lo llamaba Harry, su madre jamás lo llamó así, ese era su nombre artístico. Su madre siempre le dijo Ehrich. Por otro lado, difícil que su madre empezara una carta cuando estuvo casada toda su vida con un rabino.
Doyle se tomó el artículo como una traición. Fue cuando uno de los autores más importantes y el mejor mago de la historia empezaron a lanzarse acusaciones de todo tipo en la prensa.
En 1923, Houdini dio un paso más y declaró la guerra total a los espiritistas. Dejo el trabajo de mago para dedicarse en cuerpo y alma en ir a por ellos. Iba de punta a punta de EEUU buscando y denunciando a cualquiera con “poderes sobrenaturales”.
Este periplo por toda la geografía de EEUU le sirvió para publicar su libro llamado “Un mago entre los espíritus”, donde enseñaba a la gente todos los tipos de fraudes y engaños que los videntes hacían.
Hasta su muerte quiso desenmascararlos, Houdini siempre le había dicho a su mujer que si de verdad se podía contactar desde la muerte, él la encontraría. Por ello le dio una contraseña y solo si algún médium la decía, ella sabría que estaba diciendo la verdad.
Cuando Houdini murió en 1926, su mujer Bess ofreció 10.000 $ para cualquier médium que pudiera ponerla en contacto con su marido fallecido. Muchos acudieron a soltar su retahíla de palabras. Lo que no sabían es que ninguno acertó jamás “El Código Houdini”.
Después de diez años hizo la última sesión, y como las otras, no tuvo éxito. Fue cuando apagó una vela que de forma simbólica había mantenido encendida junto a una foto de él y dijo: “Diez años son suficientes para esperar a un hombre”.
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