Compuesta
para una obra de teatro bajo el título de "Muerte", el vals triste de
Sibelius, el más importante compositor finlandés, cobró vida propia pocos años
después hasta transformarse en una de sus piezas más conocidas. Junto
a Sherezade, de Rimsky Korsakov, fue la primera pieza de música clásica que
escuché hacia los ocho o nueve años. Me causaba una profunda impresión
entonces, la sensación de que me acercaba a ese confuso mundo de los mayores y
que aquello era fascinante. O tal vez lo imaginé pero el recuerdo de aquella
música perdura más de cuarenta años después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario