jueves, 29 de diciembre de 2016

Finalizando el año

Bien pudiera llamarse al año que vence el de la ira, otro año de la ira para mayor precisión, habida cuenta de que ya son muchas las anualidades, demasiadas, que se han ganado a pulso este nombre, En el empeño o divertimento de dividir en años el flujo de la historia, 2016 no desmerece a los que le precedieron por su colección de victimas inocentes. Bruselas, Niza, Estambul, Munich, Ankara, Berlín, diferentes lugares ensangrentados de Irak y de Afganistán, y otros muchos lugares han sufrido la ira aniquiladora. Y, claro, Alepo, compendio de la vesania propia de los verdugos, el oportunismo de sus aliados y la inoperancia internacional para contener la carnicería.  Bien pudiera llamarse también año de la ira a este 2016 en su ultima curva por el descontento con la élites gobernantes de capas sociales cada vez mas nutridas, desconcertadas o defraudadas, terreno abonado para que proliferen y se suban al puente de mando los especialistas en simplificar los problemas, en los profetas de una configuración binaria de la política, nosotros y ellos, conmigo o contra mí, austeridad económica o compromiso social, blancos y negros… Nada nuevo bajo el sol, salvo que los profesionales de la simplificación y los planteamientos binarios ocupan un espacio cada vez mayor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario