Estamos en una sociedad cambiante, especialmente en cosas que ni siquiera nos damos cuenta pero que incorporamos constantemente a nuestro día a día. El uso de ciertas palabras para definir modas, tendencias o ciertas actitudes, son muy habituales. Por ejemplo, últimamente está en boca y pluma de muchos dos palabras que suelen usarse a menudo entre la gente e incluso en los medios de comunicación o en las redes sociales. Me refiero a EQUIDISTANCIA y POSTUREO.
La primera palabra hace alusión a las matemáticas, concretamente a la geometría, para referirse a aquel punto, línea, plano o sólido localizado a la misma distancia de otro punto, línea, plano o sólido determinados. En materia geográfica se refiere a un espacio a medio camino entre dos lugares o destinos. También puede emplearse en un sentido mas figurativo para indicar que algo está a la misma distancia de dos cosas y a mitad de ambas. Por ejemplo: una ideología de centro estaría equidistante entre las ideologías posicionadas entre las tendencias de derecha e izquierda. Cuando la equidistancia se aplica a personas se refiere a aquellos individuos que por diversas razones se sitúan a una distancia media de los sujetos polarizados. Por ejemplo, en las relaciones sociales es muy frecuente ver equidistancias muy marcadas en sujetos donde imperan opiniones o posiciones extremas sobre temas muy tendentes a la polarización.
El segundo vocablo hace referencia a ciertas formas de comportamiento, poses o acciones donde la gente juega a ser lo que no es, a hacer cosas por las cuales se espera un reconocimiento o un posicionismo determinados. Es decir, hacer cosas de cara a la galería a fin de crear cierta imagen personal, simplemente porque es lo que toca hacer bien por moda, contagio o protagonismo. Por ejemplo, ir a un sitio "fashion" sólo para dejarse ver, hacerse una foto y colgarla en Instagram o Facebook. Otro caso sería opinar sobre temas y no tener ni idea sobre ellos pero para dar una respuesta culta se echa mano a Internet con la finalidad de quedar como un experto. Otra manera sería también aquel que adquiere la pose de entendido y lo hace notar por todos lados como presunción o superioridad. Los políticos son muy dados al postureo diverso para quedar bien y ganarse adeptos.
Se podrían enumerar muchísimos ejemplos de equidistancia y postureo pues vivimos en una sociedad atrapada por ambas. Las personas están más pendientes de mantener cierta distancia a fin de evitar el compromiso y la responsabilidad y de aparentar antes que tomar partido o de ser. La imagen y su proyección se han convertido pues en una ley dominante que suele conducir a la superficialidad y vaciedad. Además se suele opinar muy a la ligera ya que todo acontece excesivamente deprisa a fin de evitar el razonamiento y el análisis. El postureo se agrava cuando esa búsqueda de reconocimiento de las apariencias y de uno mismo se convierte en una finalidad patológica. Eso es algo muy común en las redes sociales y en la propia calle.
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