La enorme sonrisa de Regelinda, una mujer de la nobleza polaca que vivió en el siglo X, rompe radicalmente con el hieratismo de las representaciones de la época medieval y llega hasta nuestros días con una frescura despampanante propia de una diva de Hollywood. La obra se puede observar en la catedral de la ciudad alemana de Naumburgo y es obra del llamado "Maestro de Naumburgo", un escultor anónimo de excepcional talento que desarrolló su trabajo en el norte de Europa, eso sí, doscientos años después de la muerte de la noble señora, por lo que debió de tomar como modelo a otra mujer de gran belleza.
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