El castillo de Eilean Donan fue destruido por las tropas británicas el 10 de mayo de 1719. Lo que poca gente sabe es que fue destruido con 27 barriles de pólvora de un grupo de soldados españoles, infantes de marina, que se encontraban allí emboscados y que fueron los últimos defensores del castillo.
A ese castillo los había llevado el rey Felipe V y una operación, que junto a la ayuda de los escoceses, tenía como objetivo una invasión “trampa” de la isla británica.
La invasión «trampa» constaba de dos partes:
Una primera fuerza (la más numerosa) se dirigiría hacia el sudoeste de Inglaterra. Desde allí, avanzaría hacia Londres. Este contingente estaba formado (según las cifras ofrecidas por Duro en su obra) por los siguientes hombres:
-4 barcos de guerra.
-25 barcos de transporte.
-Más de 5.000 soldados.
-500 monturas.
-30.000 fusiles.
-Multitud de pertrechos en forma de «pólvora, municiones, mantenimiento» y «algunos señores de calidad escoceses e irlandeses».
Un segundo contingente dirigiría sus pasos hacia Escocia, donde trataría de ganarse el apoyo de los clanes de la zona. Una vez iniciada la sublevación, los recién llegados armarían a los sediciosos y atacarían.
Los números concretos de aquellos que partieron en esta fuerza son discutidos a día de hoy por los historiadores, así como sus unidades de procedencia. Una de las últimas versiones, no obstante, es la ofrecida por Canales y del Rey en su texto:
-2 fragatas.
-1 batallón de españoles de apoyo.
-2.000 fusiles y 5.000 pistolas para armar a aquellos escoceses que decidieran enfrentarse al gobierno inglés.
La primera fuerza tuvo la desgracia que encontró un fuerte temporal, zozobrando la gran mayoría, y los pocos bajeles que sobrevivieron encontraron refugio en el puerto de Vigo.
La segunda fuerza que había salido del puerto de Pasajes (Guipúzcoa) y que su objetivo era llegar hasta Escocia sana y salva y lograr que sus habitantes se alzaran contra Inglaterra. La suerte de estos dos buques (y de sus ocupantes) fue mucho mayor, pues lograron llegar en un breve periodo de tiempo hasta la isla de Lewis (ubicada al norte de la región).
Allí desembarcaron 307 soldados españoles. Allí fueron acogidos por el clan de los Mackenzies a los que les pareció magnifica la idea que tenían los españoles para atacar a los británicos. Desde allí, empezaron a barruntar cuál sería la mejor forma de acceder a otros líderes locales para lograr su apoyo. Una revuelta al más puro estilo William Wallace.
Y así se instalaron los infantes españoles en el castillo Eilean Donan y quedaron a la espera de tener noticias del grueso de la expedición. Una vez enterados del desastre que había sufrido la flota y que la misión ya no tenía posibilidad alguna, se dispersaron por tierras escocesas en busca de crear un ambiente propicio para revelarse contra las tropas británicas con ayuda de los clanes escoceses.
Los británicos enterados del plan enviaron cinco fragatas hacia el oeste de Escocia con el objetivo de dar al traste con los planes de Felipe V en sus tierras.
El 10 de mayo de 1719 y después de que los británicos enviaran un hombre con bandera blanca para pedir la rendición de los españoles y estos negarse, las cinco fragatas bombardearon el castillo antes de asaltar el mismo.
Existen varias versiones que hacen referencia a los españoles que murieron aquel día. Según algunas fuentes, dicen que «en total quedaban “un capitán, un teniente, un sargento y 39 soldados españoles, un mercenario irlandés y un rebelde escocés.
Eilean Donan tampoco tuvo un destino demasiado halagüeño. Después de dejarlo como un colador, los ingleses utilizaron 27 barriles de pólvora de los arrebatados a los españoles para volarlo por los aires. Y así permaneció (en ruinas) hasta que volvió a ser recuperado en 1919. A día de hoy, puede ser visitado para rememorar esta gesta española.
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