En la década de 1930, si una mujer era considerada “deprimida” o si no estaba “tomando el cuidado adecuado de su marido”, la enviaban a una sala de psiquiatría para un ajuste de actitud. Creían que si se veía sonriendo se “curaría”. Esto a menudo iba acompañado de electroshock.
No hay comentarios:
Publicar un comentario