En 1992, durante el asedio serbio a Sarajevo, la biblioteca de la ciudad fue destruida con bombas incendiarias. El bello edificio de influencia oriental que había sido un orgullo de la ciudad quedó arrasado en minutos.
El hombre que ordenó disparar los proyectiles incendiarios había sido un usuario habitual de la biblioteca: un profesor universitario, especializado en la obra de Shakespeare, de exquisita formación cultural, profesor de literatura de la universidad de Sarajevo: Nikola Koljevic.
No hay comentarios:
Publicar un comentario