Hace calor (sé que algunos se van a reír, pero no es una queja, es un hecho) Me gusta sentarme en una terraza donde haya brisa y se vea el mar y ver pasar a la gente. ¡Qué distintos somos unos de otros físicamente! Y luego las voces, las manos gesticulando, la ropa, a veces tan horrible, otras tan elegante. Curioseo. Por eso he observado esos matrimonios sentados solos en la mesa de al lado o paseando cogidos del brazo, peri preparados ambos, serios, con cara de mal humor, a veces ella hablando, mirándole a la cara a él a ver si le está escuchando. Y él con expresión de estar en otro mundo, claramente sin escucharla, aburrido. Les rodea una niebla invisible de tristeza y soledad. Pero van juntos a todas partes e incluso puede que se quieran mucho. En algún momento de sus vidas dejaron de interesarse, los dos o tal vez uno solo. He visto más cosas, historias imaginadas y algunas reales como la vida. Entre sorbo y sorbo de tónica o biter.
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