sábado, 24 de marzo de 2018

Kathleen Battle

Aquí la excelente y cuasi perfecta interpretación de Kathleen Battle y el trompetista de jazz y clásica Wynton Marsalis. Disfrutad.

De su ópera "Samson" en su tercer acto , el acompañamiento de trompeta a la cantante obliga a medir fuerzas, tempos y su situación en el escenario. A partir de 1740 decidió ir abandonando las óperas para dedicarse a un género muy del gusto inglés, los oratorios, a los que el compositor alemán aplicó todo su estilo brillante, dramático y teatral, como si de óperas se tratasen: dotó al coro de protagonismo, añadió arias y recitativos, e incluyó partes instrumentales. Además, podían interpretarse en Cuaresma, periodo del año en el que las demás representaciones teatrales estaban prohibidas.
El estreno de Samson tuvo lugar en en el Covent Garden Theatre de Londres, el 18 de febrero de 1743. La representación fue un éxito, esa temporada se represento trece veces, y fue representada durante toda la vida del compositor. Let the bright Seraphim, es un aria entonada por una soprano que encarna el personaje secundario de mujer israelita, justo antes del coro final de la obra


Antonin Dvoräk

Antonin Dvoräk y su Stabat Mater del que os dejo este breve momento.

"Stabat Mater ("Estaba de pie la Madre", en latín) es una secuencia (himno o tropo del Aleluya gregoriano) atribuida al papa Inocencio III y al franciscano Jacopone da Todi ]. Se la data en el siglo XIII. Comienza con las palabras Stabat Mater dolorosa ("De pie la Madre sufriendo"). Como plegaria medita sobre el sufrimiento de María, la madre de Jesús, durante la crucifixión de su hijo.


martes, 20 de marzo de 2018

La mujer de la ventana


La primera vez que la vi estaba de pie frente a la ventana del vagón cafetería. Llevaba botas de cuero y medias negras. El tren iba de Barcelona  a Madrid , y ella, con el Mediterráneo y el cielo de fondo, parecía un cuadro de Sorolla.

Soy vendedor de alfombras para hoteles y siempre viajo en tren, el único transporte que permite tomar café y hacer llamadas telefónicas. Mi oficina es el asiento. Y en este despacho solitario, mi entretenimiento favorito es imaginar las historias de los pasajeros. Si me siento frente a un señor con traje y corbata, imagino que finge tener un trabajo normal pero en realidad es asaltante de bancos, y busca nuevos objetivos alejados de su ciudad. Si encuentro a un hombre que no para de hablar por teléfono, sospecho que está tratando de disuadir a su amante de que le confiese su relación a su esposa. Si veo a alguien, con cara de profesor, y leyendo libros de matemáticas del antiguo Egipto, pienso que se trata de un espía internacional escondido en la identidad del un despistado profesor de universidad. Es un hobby habitual, casi automático, que disfruto más que el cine, donde uno siempre sabe de antemano cómo van a acabar las historias.

Pero la mujer de la ventana era distinta. Ella no tenía una historia. Me resultaba imposible adjudicarle un sentido, una motivación o un contexto. Estaba hecha sólo de presente. Y en     segundo lugar, aunque nada en su semblante lo advertía, entendí desde el primer momento que ella también era una cazadora furtiva de personajes, que me había descubierto a mí, y que entre nosotros se establecía es ese instante una relación especial. No, no estoy hablando de sexo. De hecho, ni siquiera nos hablamos. Nuestra historia sólo podía estar hecha de silencios.
Volvimos a encontrarnos dos meses después, en el coche bar de un Madrid-Gijón. Esta vez, su falda verde combinaba con el paisaje montañoso de las ventanas. No hice ninguna llamada durante ese viaje. Me limité a disfrutar de su presencia, mirando de vez en cuando a otro lado para que ella pudiese verme a mí.

A partir de entonces, nuestros encuentros se hicieron más frecuentes. La vi con fondo de molinos castellanos y despeñaperros, entre rías y pinares. A menudo su presencia no era tan obvia. Se sugería dejando un pañuelo en el asiento o un borrón de carmín en el espejo del baño. Sólo yo sabía que eran sus señales, y que lo nuestro se parecía sospechosamente al amor.

Ayer, finalmente, me concedieron un ascenso. Mi jefe me anunció sonriente que ya no tendría que viajar tanto, y sólo lo haría a destinos europeos y en avión.

Hoy renuncié al trabajo...

STORM THORGERSON

STORM THORGERSON

El fotógrafo de las portadas más turbadoras del Rock
Pink Floyd, Peter Gabriel, Dream Theather, Muse, Génesis, 10cc, Space, Montrose, Génesis, Black Sabbath, ACDC, Offspring, Emerson, Scorpions, Lake & Palmer, Styx, Yes, entre otras grandes bandas y solistas, son un pequeño ejemplo de las grandes “music covers” que magnifican el talento imaginativo de este enorme profesional que siempre ha sido una de mis top referencias en el mundo de la creación gráfica musical..Un Top master entre los grandes del Rock merecidamente ganado por su habilidad e imaginación.
La mayor parte de sus diseños poseen elementos nativos del surrealismo, extraidos de su contexto habitual y generar realidades deformadas a través de montajes fotográficos con el fin de insertarlos en espacios oníricos inmensos. Estas escenas fueron especialmente valoradas en el negocio discográfico lo que permitió que, a través de su estudio gráfico “Hipgnosis, Thorgerson” fuera considerado como uno de los más afamados creadores de portadas de la historia. Lamentablemente murió en 2013 dejándonos sin poder maravillarnos mas de esos mundos de sueños que laten más allá de nuestra realidad. Os dejo una pequeña muestra de su diamantino legado.





















domingo, 18 de marzo de 2018

William Vincent Wallace

William Vincent Wallace (Waterford, 11 de marzo de 1812 – Château de Bagen, 12 de octubre de 1865) fue un compositor y músico irlandés. Wallace aprendió a tocar varios instrumentos de niño, convirtiéndose en un destacado violinista e Dublín y un buen pianista. Bajo la tutela de su padre y tío, escribió piezas para las bandas y orquestas de su región natal. A los 18 años de edad fue organista de la catedral católica de Thurles y enseñó piano en el Convento de Ursulinas. Se enamoró de una alumna, Isabella Kelly, cuyo padre consintió su matrimonio en 1831 a condición de que Wallace se convirtiera en católico y asumiera el nombre de Vincent. Vincent Wallace fue un hombre cultivado y un músico dotado, cuya obra como compositor operístico, en un período que no era en modo alguno alentador para la música en Inglaterra, tiene un distintivo valor histórico
The Bohemian Girl (título original en inglés; en español, La chica bohemia1​ es una ópera en tres actos con música de Michael William Balfe y libreto en inglés de Alfred Bunn, vagamente inspirada en la novela de Cervantes titulada La Gitanilla.
La ópera se estrenó en Londres en el Teatro de Drury Lane el 27 de noviembre de 1843. La producción se representó durante cien noches y disfrutó de muchas reposiciones por todo el mundo, incluyendo: Nueva York (25 de noviembre de 1844), Dublín (1844), Filadelfia (1844) y Viena (en alemán, 1846). Desde la Segunda Guerra Mundial ha sido representada por el Arts Theatre, Belfast (1978) y por la Opera South en Haslemere en Inglaterra (2008)2​
El aria más conocida de la pieza es "I Dreamt I Dwelt in Marble Halls" en la que Arline describe sus vagos recuerdos de la infancia.

viernes, 9 de marzo de 2018

VIRGINIA WOOLF

VIRGINIA WOOLF disfrazada de abisinio (izquierda de la imagen) junto con los amigos con los que llevó a cabo la broma conocida como “el engaño del Dreadnought“. El 7 de febrero de 1910, el grupo puso en ridículo a la marina de guerra inglesa presentándose como una delegación de príncipes abisinios y conseguir que la Royal Navy les enseñara su buque insignia, el HMS Dreadnought. Toda la prensa del momento se hizo eco de la farsa.
En "La Farsa del Dreadnought" participaron disfrazados de abisinios y miembros de la comitiva: Antony Buxton (escritor y naturalista, 1881-1970), William Horace de Vere Cole (poeta y bromista, 1881-1936), Duncan Grant (artista, 1885-1978), Guy Ridley (participante en la broma, 1885-1947), Adrian Stephen (psicoanalista, 1883-1948) y Virginia Woolf (escritora, 1882-1941)
Fotografía de National Portrait Gallery de Londres, tomada por el Estudio Lafayette.


jueves, 8 de marzo de 2018

Una vez alguien me preguntó:
- Por qué caminas.
- Para escapar de mis pensamientos.
- Y por qué huyes.
- Porque son tristes.
- Pues fija tu vista al final del camino y hasta allí nunca te alcanzaran.
Y tenía razón.
Buenas noches mundo.


Gilbert y Sullivan

Una pareja clásica anglosajona que por estos lares apenas se conoce y representa. Gilbert y Sullivan forman un dúo inseparable, las dos caras de una misma moneda, sería impensable alterar el orden de enunciación de sus apellidos. Son Gilbert y Sullivan, para siempre. En los países de habla inglesa basta nombrarlos para saber de quiénes se trata: los más famosos, los más talentosos compositores de operetas en ese idioma. 
H.M.S. Pinafore, The Pirates of Penzance y The Mikado y The Grand Duke son sus títulos de referencia
William Schwenck Gilbert (el letrista del dúo) nació en Londres el 18 de noviembre de 1836. Hijo de un cirujano naval y de una dama de la alta burguesía, el futuro libretista se crió en un hogar acomodado y recibió una esmerada educación.
Sullivan nació el 13 de mayo de 1842, en Londres. Hijo de un director de banda popular, desde la cuna se familiarizó con la música: a los ocho años tocaba cualquier instrumento y componía; a los quince, una de sus partituras ganó el codiciado Premio Mendelssohn. En el ínterin, mientras no cambió la voz, fue solista del coro de la Capilla Real. Hasta 1858 estudió en la Royal Academy of Music, donde sus méritos le valieron una beca para el conservatorio de Leipzig. Vuelto a Londres, en 1862, inició una triunfal carrera de compositor, con sus himnos religiosos (era organista de iglesia) y una suite orquestal escrita para "La tempestad", de Shakespeare.
En el teatro musical de Gilbert & Sullivan es el desenfado con que se burla de las tradiciones ancestrales y la falta de lógica el motor y corazón de la obra.
Gilbert era colérico, puritano, parsimonioso en sus gastos, ordenado. Sullivan era irónico, derrochador, libertino, pero tampoco se conformaba con menos que la excelencia. Este era el único punto en común, y lo que sostenía el frágil edificio de su colaboración.
El MIkado fue su obra cumbre, del que os dejo una introducción.


Día Internacional De La Mujer

A veces pequeña.
A veces inmensa.
A veces luz.
A veces sombra.
A veces frágil.
A veces fuerte.
A veces lagrimas.
A veces risas.
A veces TODO!.
Nunca NADA!
Pero siempre MUJER!
Para ti
Para todas
Día Internacional De La Mujer
Feliz Jueves



domingo, 4 de marzo de 2018

No necesitas ordenador para aprender a usar “Word”, solo una pizarra y una tiza.
Este profesor de secundaria de Ghana prepara de esta forma tan peculiar a sus alumnos para un examen nacional.



sábado, 3 de marzo de 2018

Gerardo Diego

"Descansa, duérmete, sueña,
no tengas miedo;
no tengas miedo del mundo,
que yo te velo.
Levanta hacia mí tus ojos,
tus ojos lentos,
y ciérralos poco a poco
conmigo dentro."
Gerardo Diego


viernes, 2 de marzo de 2018

Ewa Podles

Va a ser mucha música hoy pero da igual, lo bueno puede acumularse. La experiencia de escuchar a la gran Ewa Podles vale la pena, la cantante de mayor rango vocal del elenco operístico.
Soy una esposa despreciada,
aunque fiel, soy ultrajada...
Cielos, ¿qué he hecho yo?
Y sin embargo él es mi corazón,
mi esposo, mi amor,
mi esperanza.
Lo amo pero me es infiel,
aguardo pero él es cruel...
¿Me dejará morir?
Oh, Dios, he perdido el valor,
el valor y la constancia.

Violeta Parra

En 1967 la folclorista chilena Violeta Parra se pegó un tiro en la sien, probablemente harta de vivir en condiciones a veces miserables, muerta de desamor por entonces. Dejó un puñado de canciones inolvidables, como "Gracias a la vida" y además dos hijos que siguieron su obra con un gran mérito y dedicación: Ángel e Isabel Parra, a la última de las cuales podemos escuchar ahora.