Durante el siglo XVII surgieron en varios países de Europa y de manera simultánea, rumores de la existencia de mujeres con cara de cerdo que se mantenían recluidas para ocultar su condición y que eran en todo normales excepto por sus grotescos rostros. Al parecer, todo tiene su origen en leyendas medievales que hablan de encantamientos o maldiciones a mujeres embarazadas que despreciaron a alguna bruja disfrazada de pordiosera y posteriormente dieron a luz a niñas con esa deformidad.
A principios del XIX, muchas de estas leyendas se daban por ciertas en Inglaterra y eran frecuentes las personas que decían haber estado en contacto con ellas y daban todo tipo de detalles sobre su origen (casi siempre hijas de una familia acomodada), costumbres y maneras. Los testimonios eran delirantes y los chismosos panfletos de la época peleaban por ofrecer los más jugosos: el de una antigua doncella, un pretendiente, testigos que decían haber visto su rostro porcino tras un grueso velo....
Uno de los casos de más repercusión fue el de la mujer con cara de cerdo de Manchester Square , supuestamente de origen irlandés, noble y de unos 20 años. En una ocasión, alguien proclamó haberla visto en su carruaje y se formó tal multitud a su alrededor que el cochero hubo de despejar el camino dando latigazos a diestro y siniestro.
Más tarde, y hasta principios del siglo XX, incluso en ferias ambulantes era frecuente la exhibición de estas supuestas mujeres con cara de cerdo que en realidad eran osos afeitados.
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