La mayoría de las veces queremos información científica
aprisa y corriendo, en píldoras. Sin embargo, es un placer leer un libraco
detallado sobre el tema que nos interese, bien fundamentado en lo científico.
En mi caso estoy
leyendo algo así sobre la evolución humana. Hoy me he dedicado a nuestros
ancestros del Mioceno, hace entre 4 y 7 millones de años. En particular, el
Ardipithecus ramidus, muy próximo al momento en que se divide el género Pan
(chimpancé) y el Homo. La clave de nuestro desarrollo humano es la bipedia, ya
que eso trajo cambios de todo tipo (incluida la estrechez del canal de parto,
el hecho de que los bebés nazcan con los huesos sin soldar, etc.). El
chimpancé, en cambio, utiliza el nudilleo (caminar sobre los nudillos) mientras
que los orangutanes, que se escindieron antes, se cuelgan de las ramas.
Pues bien, el
ardipithecus muestra signos de bipedia pero también de colgarse de las ramas,
algo que se consideraba incompatible en ese tiempo, por lo que los restos del
ardipithecus han originado una seria controversia científica sobre dónde
ubicarlos y si es un homínido o no.
No me digáis que no
tiene una carita dulce...
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