Aunque Adriano Willaert, la figura más importante de la música veneciana del XVI, compuso motetes y madrigales, es mucho más divertido en sus canciones villanescas, como la famosa Vecchie Vetrose.
Si fuese posible curar las penas con el llanto y resucitar a los muertos con las lágrimas, el oro sería menos valioso que la tristeza. Sófocles, Escirios. Frag 510
viernes, 24 de febrero de 2017
jueves, 23 de febrero de 2017
Yo creo en el valor de todo.
En el valor de todos los días, porque os aseguro que hay manos capaces de curar heridas con una sola caricia, y noches baratas con un valor incalculable en risas y amor.
Yo suelo viajar mucho, pero empiezo a pensar que los mejores viajes son también un buen abrazo en los brazos correctos. Que la esperanza puede ser una carrera por la cuerda floja si te encuentras sólo, o un paseo en barco si te anima tu propia tripulación. Y que no existe mejor destino que una mirada de apoyo.
Yo si creo que los bienes son importantes siempre que tengas con quien compartirlos, pero que, de lo contrario, todas las cifras suman cero. Amigos míos, que el “tanto tienes, tanto vales” es el refrán más incierto del mundo, porque quien sólo te valora por lo que posees, realmente jamás te ha querido....
Yo si he conocido el lujo de poder compartir mi vida con quienes me hacen sentir rico por lo que soy. Por eso, prefiero que me quieran sin fortuna, sin regalos y, especialmente, sin mentiras.
Que me quieran en los doce segundos que dura una carcajada y en los sesenta días que dura un desamor. Que me quieran en lo bueno y me quieran en lo malo. Con el mejor de mis ropajes, sin estúpidas caretas y totalmente desnudo de complejos.
Que me quieran mucho y que me quieran fuerte, pero, sobre todo, que me quieran bien.
En el valor de todos los días, porque os aseguro que hay manos capaces de curar heridas con una sola caricia, y noches baratas con un valor incalculable en risas y amor.
Yo suelo viajar mucho, pero empiezo a pensar que los mejores viajes son también un buen abrazo en los brazos correctos. Que la esperanza puede ser una carrera por la cuerda floja si te encuentras sólo, o un paseo en barco si te anima tu propia tripulación. Y que no existe mejor destino que una mirada de apoyo.
Yo si creo que los bienes son importantes siempre que tengas con quien compartirlos, pero que, de lo contrario, todas las cifras suman cero. Amigos míos, que el “tanto tienes, tanto vales” es el refrán más incierto del mundo, porque quien sólo te valora por lo que posees, realmente jamás te ha querido....
Yo si he conocido el lujo de poder compartir mi vida con quienes me hacen sentir rico por lo que soy. Por eso, prefiero que me quieran sin fortuna, sin regalos y, especialmente, sin mentiras.
Que me quieran en los doce segundos que dura una carcajada y en los sesenta días que dura un desamor. Que me quieran en lo bueno y me quieran en lo malo. Con el mejor de mis ropajes, sin estúpidas caretas y totalmente desnudo de complejos.
Que me quieran mucho y que me quieran fuerte, pero, sobre todo, que me quieran bien.
martes, 21 de febrero de 2017
John Dowland
Una hermosa canción de John Dowland, que allá a finales del siglo XVI, era el músico más celebrado en Inglaterra. Cuando la compuso no estaba del mejor humor precisamente.
Fluid, lágrimas mías, brotad de vuestras fuentes.
Exiliado para siempre, lloro mi pérdida.
Allí donde el pájaro negro de la noche canta su dulce infamia,
allí podré vivir yo, triste y abandonado.
Exiliado para siempre, lloro mi pérdida.
Allí donde el pájaro negro de la noche canta su dulce infamia,
allí podré vivir yo, triste y abandonado.
Cesad luces vanas, no brilléis más.
Ninguna noche es lo bastante negra para aquellos
que desesperados añoran sus pasadas fortunas.
La luz sólo descubre la vergüenza.
Ninguna noche es lo bastante negra para aquellos
que desesperados añoran sus pasadas fortunas.
La luz sólo descubre la vergüenza.
Mis penas nunca serán calmadas
porque la piedad se fue.
Y lloros, suspiros y gemidos.
Mis cansados días han quedado privados de toda alegría.
porque la piedad se fue.
Y lloros, suspiros y gemidos.
Mis cansados días han quedado privados de toda alegría.
Después de la más alta vuelta de felicidad
Mi fortuna ha sido precipitada
y miedo, dolor y pena son mi única esperanza
porque esperanza ya no hay.
Mi fortuna ha sido precipitada
y miedo, dolor y pena son mi única esperanza
porque esperanza ya no hay.
Escuchad, sombras, pueblo de tinieblas,
aprended a despreciar la luz
Felices felices quienes en los infiernos
no sufren los ultrajes de este mundo.
aprended a despreciar la luz
Felices felices quienes en los infiernos
no sufren los ultrajes de este mundo.
lunes, 20 de febrero de 2017
Umberto Eco
Ayer se cumplió un año de la muerte de Umberto Eco (19 de febrero de 2016), escritor, filósofo y profesor de universidad y autor de numerosos ensayos sobre semiótica, estética, lingüística y filosofía, así como de varias novelas siendo “El nombre de la rosa” y “El péndulo de Foucault” las más conocidas. Estas 10 de frases suyas son para enmarcar en la cabeza, algo que hace años ya hice…
1. "Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Entonces eran rápidamente silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un Premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles."
2. “No hay nada mejor que imaginar otros mundos para olvidar lo doloroso que es el mundo en que vivimos.”
3. "Hoy, cuando afloran los nombres de corruptos o defraudadores, a la gente no le importa nada y solo van a la cárcel los ladrones de pollos albaneses."
4. “El arte sólo ofrece alternativas a quien no está prisionero de los medios de comunicación de masas.”
5. “No todas verdades son para todos los oídos.”
6. “El mundo está lleno de libros preciosos que nadie lee.”
7. “Teme a los profetas… y a aquellos que están listos para morir por la verdad, ya que como regla general hacen morir a muchos otros con ellos, frecuentemente antes que ellos, y a veces en lugar de ellos.”
8. "Parece que los jóvenes ahora miran más YouTube, se van acostumbrando a cosas muy rápidas, quizás ya no podrían ver una película de Wim Wenders que dura cuatro horas.”
9. “Cada cultura absorbe elementos de las culturas cercanas y lejanas, pero luego se caracteriza por la forma en que incorpora esos elementos.”
10. "La televisión ha promovido al tonto del pueblo (…) Hoy no salir en televisión es un signo de elegancia.”
jueves, 16 de febrero de 2017
María Elena Moyano
'La revolución es afirmación a la vida, a la dignidad individual y colectiva; es ética nueva. La revolución no es muerte ni imposición ni sometimiento ni fanatismo'.
Hoy se cumplen 25 años del asesinato de María Elena Moyano, la que fuera presidenta de la Federación de Mujeres de Villa El Salvador y teniente de alcaldía de la Comunidad Urbana Autogestionaria de Villa El Salvador por Izquierda Unida.
La familia Moyano Delgado, madre y siete hijos, llegaron arrastrados de desahucio en desahucio a la periferia sur de Lima. Los chicos buscaban trabajo y las chicas, la esperanza de la familia, se levantaban a las cinco de la mañana para coger el autobús que las dejaba cerca de la escuela en la periferia norte.
La madre, Eugenia Delgado, se desvive para que sus hijas María Elena y Martha tengan estudios, y uno de sus hermanos, Carlos, se ofrece a trabajar sólo para pagarles los estudios en la Universidad Garcilaso de la Vega. María Elena Moyano consigue matricularse en Sociología.
En la Universidad seguirá activamente vinculada al movimiento de cristianos de base en grupos de canto y teatro y ofreciendo charlas para frenar la drogadicción y la violencia familiar entre los más jóvenes. Poco a poco la lectura de la Biblia se combina con lecturas sobre materialismo histórico y materialismo dialéctico, aprendiendo a huir de la fe ciega, abrazar las dudas con naturalidad y acicate de crecimiento y mejor aún abrazar al prójimo. La revolución como acto de amor.
María Elena Moyano asume la educación de chavales de 3 a 5 años en Villa El Salvador que no tienen acceso a la escuela. Empezaron sentándose sobre piedras y ladrillos sin apenas material escolar, hasta terminar en módulos con sus cuadernos y lapiceros. Ejerciendo de maestra toma plena conciencia de los problemas de la mujer, esclava en el trabajo y en el hogar.
Participa en los clubes de madres, la toma de colegios por una educación concebida como arma para acabar con la desigualdad y apoya una huelga que la dejará sin trabajo. Pero no pierde la sonrisa que todos le recuerdan.
Madre de dos hijos, las mujeres de Villa El Salvador la eligen como su representante ante la convención que dará luz a la Federación de Mujeres. La eligen presidenta en 1986 y la reeligen en 1988. En 1989 es elegida como teniente de alcaldía de la municipalidad de Villa El Salvador.
Malos tiempos para trabajar la democracia de base con partidos de poco fiar, represión estatal y los iluminados maoístas en su sendero hacia el paraíso del Evangelio según san Abimael.
Sendero Luminoso castiga duro a los activistas de barrio. Amenazas, calumnias, atentados y asesinatos están a la orden del día. La Federación de Mujeres y sus comedores populares son objetivo habitual.
Sendero Luminoso convoca paro armado para el 14 de febrero de 1992. Eso significa que si no te sumas al paro y te pillan, te pasan por las armas. María Elena responde convocando una marcha por la paz. Sólo acuden 50 personas, pero María Elena la encabeza para demostrar que no acepta el miedo como vía para cambiar nada.
El 15 de febrero, tras pasar el día en la playa con sus dos hijos, María Elena Moyano, participa en una comida popular. Un grupo de 10 personas que no han sido invitadas a la fiesta aparecen de repente entre disparos que causan confusión. María Elena sabe a qué han venido y manda a sus hijos a otra habitación. Un hombre y una mujer se acercan a ella y le disparan en el pecho y la cabeza, la sacan a rastras a la calle y dinamitan su cuerpo con cinco quilos de explosivos. Quieren dar ejemplo. No saben que el único ejemplo lo ha dado María Elena Moyano. Tenía 33 años y la sonrisa de los que nunca mueren.
Hoy se cumplen 25 años del asesinato de María Elena Moyano, la que fuera presidenta de la Federación de Mujeres de Villa El Salvador y teniente de alcaldía de la Comunidad Urbana Autogestionaria de Villa El Salvador por Izquierda Unida.
La familia Moyano Delgado, madre y siete hijos, llegaron arrastrados de desahucio en desahucio a la periferia sur de Lima. Los chicos buscaban trabajo y las chicas, la esperanza de la familia, se levantaban a las cinco de la mañana para coger el autobús que las dejaba cerca de la escuela en la periferia norte.
La madre, Eugenia Delgado, se desvive para que sus hijas María Elena y Martha tengan estudios, y uno de sus hermanos, Carlos, se ofrece a trabajar sólo para pagarles los estudios en la Universidad Garcilaso de la Vega. María Elena Moyano consigue matricularse en Sociología.
En la Universidad seguirá activamente vinculada al movimiento de cristianos de base en grupos de canto y teatro y ofreciendo charlas para frenar la drogadicción y la violencia familiar entre los más jóvenes. Poco a poco la lectura de la Biblia se combina con lecturas sobre materialismo histórico y materialismo dialéctico, aprendiendo a huir de la fe ciega, abrazar las dudas con naturalidad y acicate de crecimiento y mejor aún abrazar al prójimo. La revolución como acto de amor.
María Elena Moyano asume la educación de chavales de 3 a 5 años en Villa El Salvador que no tienen acceso a la escuela. Empezaron sentándose sobre piedras y ladrillos sin apenas material escolar, hasta terminar en módulos con sus cuadernos y lapiceros. Ejerciendo de maestra toma plena conciencia de los problemas de la mujer, esclava en el trabajo y en el hogar.
Participa en los clubes de madres, la toma de colegios por una educación concebida como arma para acabar con la desigualdad y apoya una huelga que la dejará sin trabajo. Pero no pierde la sonrisa que todos le recuerdan.
Madre de dos hijos, las mujeres de Villa El Salvador la eligen como su representante ante la convención que dará luz a la Federación de Mujeres. La eligen presidenta en 1986 y la reeligen en 1988. En 1989 es elegida como teniente de alcaldía de la municipalidad de Villa El Salvador.
Malos tiempos para trabajar la democracia de base con partidos de poco fiar, represión estatal y los iluminados maoístas en su sendero hacia el paraíso del Evangelio según san Abimael.
Sendero Luminoso castiga duro a los activistas de barrio. Amenazas, calumnias, atentados y asesinatos están a la orden del día. La Federación de Mujeres y sus comedores populares son objetivo habitual.
Sendero Luminoso convoca paro armado para el 14 de febrero de 1992. Eso significa que si no te sumas al paro y te pillan, te pasan por las armas. María Elena responde convocando una marcha por la paz. Sólo acuden 50 personas, pero María Elena la encabeza para demostrar que no acepta el miedo como vía para cambiar nada.
El 15 de febrero, tras pasar el día en la playa con sus dos hijos, María Elena Moyano, participa en una comida popular. Un grupo de 10 personas que no han sido invitadas a la fiesta aparecen de repente entre disparos que causan confusión. María Elena sabe a qué han venido y manda a sus hijos a otra habitación. Un hombre y una mujer se acercan a ella y le disparan en el pecho y la cabeza, la sacan a rastras a la calle y dinamitan su cuerpo con cinco quilos de explosivos. Quieren dar ejemplo. No saben que el único ejemplo lo ha dado María Elena Moyano. Tenía 33 años y la sonrisa de los que nunca mueren.
jueves, 9 de febrero de 2017
Capaces de tender puentes
Todo en la vida se funda en relaciones interpersonales. En cualquier ámbito: para tener amigos, para encontrar pareja, para formar una familia, en nuestro trabajo… Hemos de desarrollar la habilidad de relacionarnos con la gente y utilizar nuestra energía para construir relaciones sanas. La manera en la que nos comuniquemos será determinante para nuestras relaciones. Cuando aprendamos a relacionarnos eficazmente tendremos menos problemas emocionales, familiares, laborales y seremos cada días más felices.
Para que nuestras relaciones sean cada vez mejores y duraderas, tenemos que aplicar con inteligencia actitudes fundamentales como dar validación, ser optimistas, saber escuchar y ser tolerantes.
Cuando expresamos un elogio o pronunciamos una palabra de aliento, establecemos con el otro una conexión empática que lo hace más receptivo. El elogio sincero es una validación. No se trata de adular para caer bien, sino de elogiar con inteligencia: descubrir una actitud, una cualidad buena en el otro y decírselo. La crítica sistemática aleja a las personas, mientras que el elogio inteligente las acerca.
En determinados momentos, las personas no necesitan consejos u opiniones, sino ser escuchadas. Estemos atentos a lo que el otro quiere y necesita decir sin emitir juicios. Escuchemos y evitemos contar que a nosotros nos pasa algo mucho peor.
Es común que cuando no entendemos algo que otros dicen o sienten, en lugar de preguntar suponemos su significado. En general, aquello que suponemos no coincide con la realidad. Si nos hacemos las preguntas a nosotros mismos y nosotros mismos nos damos la respuesta, es muy probable que nos equivoquemos porque percibimos las cosas tal y como las inventamos en nuestra mente. La solución es sencilla: no hagamos interpretaciones, preguntemos y escuchemos al otro.
También ocurre que en cualquier relación suponemos que los demás saben lo que pensamos, porque nos conocen y si los otros no hacen lo que esperamos, nos sentimos defraudados. Es necesario que digamos lo que queremos.
En un mundo donde la gente pierde la paciencia a la primera dificultad, donde un conflicto no motiva a pensar en un acuerdo sino a presentar una demanda, necesitamos aprender a llevarnos bien con los demás: con nuestros padres, con nuestra familia, con nuestros amigos…
El primer paso para crear buenas relaciones interpersonales es llevarnos bien con nosotros mismos. Es necesario tener una mentalidad optimista, una satisfacción con lo que somos y hacemos. Solo así podremos establecer relaciones sanas y productivas.
Somos seres libres. No tenemos que dominar a otras personas. Solo tenemos que dominarnos a nosotros mismos consiguiendo que la voluntad esté por encima de la impulsividad y así adquirir la habilidad de relacionarnos eficazmente incluso con quienes no piensan como nosotros, tienen una manera distinta de ver la vida y no están de acuerdo con nuestras creencias.
Si somos capaces de tender puentes, a través de ellos podremos dar y podremos recibir.
Para que nuestras relaciones sean cada vez mejores y duraderas, tenemos que aplicar con inteligencia actitudes fundamentales como dar validación, ser optimistas, saber escuchar y ser tolerantes.
Cuando expresamos un elogio o pronunciamos una palabra de aliento, establecemos con el otro una conexión empática que lo hace más receptivo. El elogio sincero es una validación. No se trata de adular para caer bien, sino de elogiar con inteligencia: descubrir una actitud, una cualidad buena en el otro y decírselo. La crítica sistemática aleja a las personas, mientras que el elogio inteligente las acerca.
En determinados momentos, las personas no necesitan consejos u opiniones, sino ser escuchadas. Estemos atentos a lo que el otro quiere y necesita decir sin emitir juicios. Escuchemos y evitemos contar que a nosotros nos pasa algo mucho peor.
Es común que cuando no entendemos algo que otros dicen o sienten, en lugar de preguntar suponemos su significado. En general, aquello que suponemos no coincide con la realidad. Si nos hacemos las preguntas a nosotros mismos y nosotros mismos nos damos la respuesta, es muy probable que nos equivoquemos porque percibimos las cosas tal y como las inventamos en nuestra mente. La solución es sencilla: no hagamos interpretaciones, preguntemos y escuchemos al otro.
También ocurre que en cualquier relación suponemos que los demás saben lo que pensamos, porque nos conocen y si los otros no hacen lo que esperamos, nos sentimos defraudados. Es necesario que digamos lo que queremos.
En un mundo donde la gente pierde la paciencia a la primera dificultad, donde un conflicto no motiva a pensar en un acuerdo sino a presentar una demanda, necesitamos aprender a llevarnos bien con los demás: con nuestros padres, con nuestra familia, con nuestros amigos…
El primer paso para crear buenas relaciones interpersonales es llevarnos bien con nosotros mismos. Es necesario tener una mentalidad optimista, una satisfacción con lo que somos y hacemos. Solo así podremos establecer relaciones sanas y productivas.
Somos seres libres. No tenemos que dominar a otras personas. Solo tenemos que dominarnos a nosotros mismos consiguiendo que la voluntad esté por encima de la impulsividad y así adquirir la habilidad de relacionarnos eficazmente incluso con quienes no piensan como nosotros, tienen una manera distinta de ver la vida y no están de acuerdo con nuestras creencias.
Si somos capaces de tender puentes, a través de ellos podremos dar y podremos recibir.
domingo, 5 de febrero de 2017
Conductas narcisistas
Dicen que se observa un fuerte incremento de las conductas narcisistas en el mundo actual. En el artículo que adjunto se dice:
"Los rasgos narcisistas no siempre son fáciles de reconocer y, con moderación, no tienen por qué ser un problema. Son comportamientos egoístas, poco empáticos, a veces un tanto exhibicionistas, de personas que quieren ser el centro de atención, ser reconocidas socialmente, que suelen resistirse a admitir sus fallos o mentiras y que se creen extraordinarias (aunque su autoestima, en algunos casos, sea en realidad baja)"
La incapacidad para recibir críticas en las redes sociales porque atentan a la propia fama y la imagen que se desea proyectar, los continuos selfies para mostrar esa imagen jovial que pretendemos que los demás tengan, los platos que comemos, los sitios donde vamos, los mensajes positivos que se multiplican... Todo está relacionado con lo mismo: el culto a la apariencia, la fijación en el yo, el cuidado en dar una imagen positiva, alegre y segura de nosotros mismos (prohibido hablar de dolor o tristeza o inseguridad o desamor).
Hace muchos siglos unos hombres desocupados en Grecia se preguntaron qué había debajo de las apariencias, qué era lo que se conservaba fuera de ellas y del paso del tiempo, qué era el ser humano, qué eran las cosas en realidad, cómo somos por debajo de lo que aparentamos ser. De vez en cuando hay que recordar ese esfuerzo para volver a reconstruir la búsqueda del ser de cosas y personas contra un mundo que rinde culto a las apariencias.
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