La huelga convocada para el 14 de noviembre es un buen ejemplo de
ello, pues la desigualdad en los recortes hace sospechar que el trasfondo de todas las reformas no es la
‘necesidad’ de ajustar el déficit, sino que más bien responde a motivos
ideológicos. Tenemos la obligación moral de secundar el paro, ya que es la única vía de la que disponemos
para protestar, para decir ‘basta’ a un sinfín de medidas que,
lejos de ofrecer expectativas de mejora, están profundizando y agravando la ya crítica
situación de los ciudadanos. Para decirles que están gobernando de espalda a la sociedad, inmersa en un caos prácticamente
irreversible si no rectifican las inútiles medidas que antidemocráticamente imponen a base de reales decreto-ley.
Están desmantelando el Estado del Bienestar, privatizando los servicios públicos costeados por generaciones y
generaciones de contribuyentes. Así, unos pocos se
beneficiarán económicamente de lo que hemos pagado entre todos (sanidad, transportes, educación...)
Dicen que no hay dinero para la Ley de
la Dependencia porque no es viable, se realizan brutales recortes en Educación y Sanidad, se reducen los
salarios y se suben los impuestos... pero
sí hay miles de millones para rescatar a la banca, que por su
parte ejecuta más de 500 desahucios al día,
con las dramáticas consecuencias que ello supone para miles de
familias.
Y
el año 2013 puede ser
peor. La desigualdad es
el único concepto que crece en época de crisis: ni una sola de las medidas adoptadas por el Gobierno está dirigida a las grandes fortunas y
empresas, ni a combatir
el elevado fraude fiscal de nuestro país,
demostrando así el profundo carácter ideológico que se esconde
tras el escudo de la crisis. Y este punto es el que debe llevarnos a la reflexión. A estas alturas, después
de cuatro años, la crisis parece más
bien una tomadura de pelo, una excusa perfecta para hacer y deshacer pretendiendo la
‘comprensión’ y complicidad de los ciudadanos/as. Pero las medidas y
los resultados que están generando en toda la sociedad deben abrirnos los ojos.
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