domingo, 13 de noviembre de 2016

Este amanecer triste de nubes grises en el cielo y calles brillantes por la lluvia. Esta sensación de orfandad, de rellano en lo alto de la escalera, de soledad en medio de la nada, en compañía. La seguridad de que, por mucho que lo intenten, nada ni nadie puede acompañarte en el abismo de los sentimientos más personales.
Las ausencias, que crecen con el tiempo y a pesar de las palabras nada puede devolvérnoslas.
Las fachadas de las casas rezuman humedad tras una noche de aguacero y yo, dormido, he fabricado otro mundo donde permanece lo importante y lo demás se diluye en el tiempo. Pero solo era un sueño y he amanecido y todo sigue igual y sigo siendo yo y estoy llegando a lo alto de la escalera que me llevará, por fin al Nirvana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario