A PESAR DE TODO LA VIDA ES MUY BELLA
Etty Hillesum (Middelburg, 15 de enero de 1914 - Auschwitz, 30 de noviembre de 1943) fue una joven judía holandesa que mantuvo un diario durante la Segunda Guerra Mundial. Etty (Ester) escribió un diario entre los años 1941 y 1943, que testimonia su propio fin en un campo de concentración de Auschwitz. Se parece al diario de Anna Frank, pero escrito por una mujer de 27 años. El libro tuvo gran resonancia en Países Bajos y es considerado un documento de gran valor. Ha sido traducido a varios idiomas.
FRAGMENTOS DEL DIARIO DE ETTY HILLESUM
«ME REFUGIO EN LA ORACIÓN»
«Las amenazas y el terror crecen día a día. Me cobijo en torno a la oración como un muro oscuro que ofrece reparo, me refugio en la oración como si fuera la celda de un convento; ni salgo, tan recogida, concentrada y fuerte estoy. Este retirarme en la celda cerrada de la oración, se vuelve para mí una realidad siempre más grande, y también un hecho siempre más objetivo. La concentración interna construye altos muros entre los cuales me reencuentro yo misma y mi totalidad, lejos de todas las distracciones. Y podré imaginarme un tiempo en el cual estaré arrodillada por días y días, hasta no sentir los muros alrededor, lo que me impedirá destruirme, perderme y arruinarme.»
(Etty Hillesum, Diario, 18 de mayo de 1942)
«DAME UNA SOLA LÍNEA DE POESÍA POR DÍA, DIOS MÍO»
«Todas las angustian nocturnas y las soledades de una humanidad que sufre atraviesan de pronto dolorosamente este pequeño corazón mío. ¿Qué tengo, pues, intención de emprender este invierno? Más tarde viajaré por todos los países de tu mundo, Dios mío.
Siento en mí esta llamada que atraviesa todas las fronteras y que descubre en todas tus criaturas, tan diferentes y en mutuo conflicto unas con otras por toda la tierra, algo común a todas. Y quisiera hablarles de eso que tienen en común, con una pequeña voz muy suave, pero hasta el final y con convicción. Dame las palabras y la fuerza para decírselo.
Quiero, en primer lugar, estar presente en medio de los conflictos y entre los que sufren. ¿Será entonces, quizá, cuando tenga derecho a hablar? Esta intuición no cesa de brotar en mí y de caldearme el corazón, incluso en los momentos más difíciles de vivir: ¡a pesar de todo, la vida es muy bella!
Es un sentimiento inexplicable. Aparentemente, nada lo justifica en la realidad en que vivimos. Pero, a pesar de todo, existen otras realidades diferentes de aquellas de las que hablan los periódicos y de las que tratan las conversaciones jadeantes de las gentes aterrorizadas.
Existe también la realidad de este pequeño ciclamino rosa y la de este inmenso horizonte, que siempre podemos descubrir detrás de los rumores y de la confusión de estos tiempos. Dame una sola línea de poesía por día, Dios mío; y si alguna vez no puedo escribirla, por no tener ni papel ni luz, la recitaré muy suavemente por la noche, con los ojos levantados hacia tu inmenso cielo.»
(Etty Hillesum, Diario, 24 de septiembre de 1942)
EJECUCIÓN
Antes de ser trasladada a Auschwitz escribió una tarjeta postal a sus amigos con fecha del 7 de septiembre de 1943, arrojada desde un camión de ganado, que describe la repentina inclusión de ella y su familia en un transporte hacia Auschwitz, que salió con 987 reclusos, incluidos 170 niños. La postal se despide con estas palabras: «Me esperaréis, ¿verdad?».
Se conocen ocho personas que sobrevivieron a este transporte. Los padres de Etty fueron gaseados a su llegada, el 10 de septiembre de 1943. La muerte de Etty está registrada en un informe de la Cruz Roja del 30 de noviembre de 1943. Sus dos hermanos murieron también a causa de la barbarie nazi.
Foto de Etty Hillesum
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