domingo, 14 de diciembre de 2014

Hasta luego Maestro Joan Barril

Joan Barril era un periodista que tenía la mejor facultad que se debería tener en esta vida para ser periodista, que es la de ser una buena persona. Pero no sólo era  un buen periodista, Joan Barril era un cuenta cuentos, un escritor, un filósofo de la vida y sin duda un verdadero ciudadano del universo. Él ha sido el único que ha conseguido que empezara un periódico por la contraportada, que me interesara más el final de un diario que las noticias de su  portada, que lo primero que quería de ese periódico fuese leer su artículo que publicaban al final, en la última página, un final que era como una dulce despedida a la espera de un nuevo día, de un nuevo diario. No creo que nunca más ningún periodista consiga tal hazaña, que consiga que las noticias pasen a un segundo plano. El maestro Joan Barril nos ha dejado, fuimos afortunados los que pudimos escuchar sus palabras o leer sus relatos. Hasta luego Maestro Joan Barril.  


Os contaré un cuento. Hace muchos años, cuando el petróleo estaba
más asociado a las estufas que a las invasiones, la gente solía 
reunirse cerca del hogar y de allí salían múltiples historias vividas 
quizás sólo contadas. Las sombras de los asistentes se proyectaban
sobre las paredes de la casa o del bosque y al acabar, cada uno de
ellos se llevaba un trozo de cuento para ponerlo bajo la almohada y
hacer que nuevas imaginaciones salieran por la ventana hacia un
mundo posible. Para eso sirven los cuentos: para dejarlos fundir en
la boca como los caramelos y para creer que podemos estar allí 
donde nunca podremos ir.
Pero un buen día llegó la televisión a la sala de estar y los cuenta
cuentos se quedaron sin parroquia. El cuento salía de la máquina
y la imaginación ya no tenía trabajo porque en lugar de dejar que el
caramelo se fundiera en la boca nos lo daban masticado. Pero la 
necesidad de recibir cuentos para ser soñados continuó”




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