En Hallstatt (Austria) hay un peculiar osario llamado Karner Beinhaus (Casa de los huesos), donde en una pequeña capilla hay más de 1.000 cráneos apilados y unas 600 calaveras pintadas de una singular manera gracias a una costumbre austriaca, el último que se pintó fue en 2004, por deseo del fallecido.
Esta costumbre era debida a que cuando los nichos caducaban sus alquileres, sacaban los huesos los limpiaban y los pintaban con diversas decoraciones, también les ponían el nombre del propietario y la fecha de la defunción.
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