Si fuese posible curar las penas con el llanto y resucitar a los muertos con las lágrimas, el oro sería menos valioso que la tristeza. Sófocles, Escirios. Frag 510
viernes, 26 de febrero de 2016
Para compensar el mensaje anterior, fijémonos en Ramona Melero, una muchacha de 18 años que en 1904 residía en un pueblecito próximo a Valdepeñas. Allí penetraron una noche seis maleantes armados dispuestos a todo. Amenazaron a la familia con puñales (el padre Pedro Melero, su mujer y su hija) mientras les robaban. Como el padre se resistiera le cosieron a puñaladas hasta matarlo. Entonces esta linda muchacha atacó a uno de los rufianes, le arrebató el arma y le apuñaló, revolviéndose como una fiera contra los demás, que ante el imprevisto salieron huyendo. Fueron presos por el testimonio de Ramona y su madre, condenados a cadena perpetua.
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