lunes, 29 de febrero de 2016

El bosque de los suicidas

El bosque japonés de Aokigahara, muy cerca del monte Fuji, también llamado “el bosque de los suicidas”, se encuentra situado en la provincia de Yamanashi, a 100 kilómetros al oeste de Tokio. En el bosque de Aokigahara se suicidan cada año un promedio de cien personas, en este bosque el viento queda bloqueado por los espesos árboles y la vida silvestre es casi inexistente, lo que hace que sea silencioso y fantasmagórico. Justo a la entrada del bosque hay un letrero con la siguiente leyenda:

"Piensa una vez más en la vida que te fue dada, en tus padres, tus hermanos y hermanas, y los niños. No sufras solo, antes, contacta con alguien", y incluye un número telefónico para pedir ayuda.

Dicen que personas de todo Japón selecciona Aokigahara para morir en parte inspirados en el cuento “Kuroi Jukai” ("El negro mar de árboles") de Seicho     Matsumoto, publicado en 1960, que finaliza con una pareja de enamorados       
quitándose la vida allí.
           
Otros creen que la tradición de usar el bosque viene de la práctica Ubasute del siglo XIX, en la que gente de edad avanzada y los niños era abandonados en el bosque para que murieran allí, como una forma de eutanasia, frecuente en épocas de  sequía y hambruna.
               
Incluso el libro de Tsurumi Wataru "El manual completo del suicidio", publicado en 1993, se refiere a Aokigahara como un lugar "perfecto para morir" y destaca el ahorcamiento como una "obra de arte”.




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