Sólo escribió un cuento en toda su vida. Cada día lo reescribía. No quería que lo leyese hasta que estuviese acabado, yo le decía que seguro que ya estaba bien, que seguro que era muy bueno, que no lo escribiese de nuevo y me dejara leerlo. Siempre me contestaba que quería pensar cada día, que sabia más y podía mejorarlo. Y ahora que he podido leer todas la variaciones que hizo he descubierto que su cuento perfecto eran muchos cuentos perfectos.
"Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y se termina con melancolía"
José Vasconcelos
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