No hay cosa que anule más al sujeto que la ideología asumida con sentimiento oceánico. Las "fotografías vivientes" de Arthur Mole durante la Primera Guerra Mundial, que tenían la finalidad de hacer de los soldados un solidus, eran composiciones humanas, según el fotógrafo, comprensibles como concepto unitario cuando se dejaba de ver, en la perspectiva aérea y con corrección de perspectiva, la identidad del sujeto. Un Leviathan en toda regla.
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