domingo, 26 de junio de 2011

Gacela de la muerte oscura

La sombra inmensa de mis lágrimas... emocionante, qué don tenía este hombre. Ayer vi una revista de historia, creo, con su foto en el centro y la de los integrantes de su pelotón de fusilamiento. Ése que dicen que le obligaron a ponerse a cuatro patas y dispararle por detrás, por maricón. Qué odio hubo, ojalá no vuelva nunca más algo así.



Quiero dormir el sueño de las manzanas
alejarme del tumulto de los cementerios.
Quiero dormir el sueño de aquel niño
que quería cortarse el corazón en alta mar.
No quiero que me repitan que los muertos no pierden la sangre;
que la boca podrida sigue pidiendo agua.
No quiero enterarme de los martirios que da la hierba,
ni de la luna con boca de serpiente
que trabaja antes del amanecer.
Quiero dormir un rato,
un rato, un minuto, un siglo;
pero que todos sepan que no he muerto;
que haya un establo de oro en mis labios;
que soy un pequeño amigo del viento Oeste;
que soy la sombra inmensa de mis lágrimas.
Cúbreme por la aurora con un velo,
porque me arrojará puñados de hormigas,
y moja con agua dura mis zapatos
para que resbale la pinza de su alacrán.
Porque quiero dormir el sueño de las manzanas
para aprender un llanto que me limpie de tierra;
porque quiero vivir con aquel niño oscuro
que quería cortarse el corazón en alta mar.

Federico G. L.


jueves, 23 de junio de 2011

Qué voz, qué fuerza, qué hermosa canción.


Zamba para no morir

Romperá la tarde mi voz
hasta el eco de ayer
voy quedándome sólo al final
muerto de sed, harto de andar
pero sigo creciendo en el sol, vivo


era el tiempo la flor
la madera frutal
luego el hacha se puso a golpear
verse caer, sólo rodar
pero el árbol reverdecerá, nuevo


Al quemarse en el cielo la luz del día, me voy
con el cuerpo asombrado me iré
ronco al gritar que volveré
repartido en el aire al gritar, siempre

Mi razón no pide piedad
se dispone a partir
no me gusta las muerte ritual
sólo dormir, verme borrar
una historia me recordará, vivo

veo el campo, el fruto, la miel
y estas ganas de amar
no me puede el olvido vencer
hoy como ayer, siempre llegar
en el hijo se puede volver, nuevo


viernes, 17 de junio de 2011

A un corazón solitario

El gran barítono canadiense Rauball cantando una canción de Tchaikovski.


miércoles, 15 de junio de 2011

lunes, 6 de junio de 2011

Mouseland

Fábula política difundida por Tommy Douglas, prominente activista y político, es cortita pero muy actual.


miércoles, 1 de junio de 2011

Para nostálgicos, la canción que lanzó a la fama a Debbie Reynolds en 1957. Esta actriz (también cantante, pero menos) estuvo casada con Eddie Fisher, célebre cantante y conductor de importante programa televisivo de los años 50. Este Fisher era íntimo amigo de Mike Todd, marido de Elizabeth Taylor. El caso es que Todd se mató en un accidente de aviación y, a los pocos meses, Eddie Fisher abandonó a Debbie Reynolds para casarse con Elizabet Taylor, constituyendo uno de los escándalos más tumultuosos del Hollywood de su época. Otra historia sería que pocos años después, Taylor abandonó a Eddie Fisher por Richard Burton. Curiosamente, Fisher y Taylor han muerto con apenas un año de diferencia recientemente, lo cual podría dar lugar a una profunda reflexión sobre la vanidad de la vida y el paso del tiempo, aunque no creo que Debbie Reynolds sea capaz de ello. El mundo de la farándula tiene sus propias reglas y valores.