viernes, 29 de junio de 2012

Quevedo y los libros



Desterrado de la Corte de Madrid por sus críticas y manejos políticos, Quevedo se lleva al destierro, en el manchego pueblo de Torre de Juan Abad, un centenar de libros, apiñados en las alforjas de una mula. La gente se asombraba al verle acarrear tal despliegue. Ya en el destierro, el erudito Quevedo formuló poéticamente una imagen de su diálogo con la literatura del pasado, que tan bien conocía y que tanto le ayudó en su propia obra, en un conocido soneto:

Retirado en la paz de estos desiertos
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos.

Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan o fecundan mis asuntos,
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.

Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años, vengadora,
libra, ¡oh gran don Iosef!, docta la emprenta.

En fuga irreparable huye la hora,
pero aquella el mejor cálculo cuenta
que en la lección y estudio nos mejora.

lunes, 25 de junio de 2012

Sylvie Vartan

Elegante, femenina, sensual, exquisita... una mariposa que apenas roza el suelo.
Esta actuación corresponde al regreso a Bulgaria depués de llegar la democracia a ese país    
Cuenta la historia de los hombres que partieron buscando un mundo mejor para sus hijos. La Maritza es el río de su infancia.


viernes, 22 de junio de 2012

La escena del tren


Tenía como 16 años cuando vi esta película enloquecida de Ken Russell sobre la figura de Tchaivoski. Me quedé muy impresionado a mis tiernos años por este descubrimiento de su homosexualidad al compás de la sinfonía patética. La película es exagerada y con unos movimientos de cámara propios de la época, pero nunca me quité de la cabeza lo terrible que podía sonar esta sinfonía cada vez que la he escuchado, sobre todo en esta escena.

miércoles, 20 de junio de 2012

Se busca diputado que sepa disimular...


Me ha parecido bien otras veces que el eurodiputado Nigel Farage ha dicho algunas verdades sobre la Unión Europea, pero aun así no entiendo como pueden permitirle despotricar públicamente contra alguien particular como en  su última intervención ante el Parlamento Europeo diciendo que Mariano Rajoy es el líder más incompetente de toda la Unión Europea.
Lo mejor, la cara  de póker con que le contemplan algunos!




domingo, 17 de junio de 2012

Todo está en el corazón

Me ha gustado este poema de Ricardo León de este escritor que murió en Torrelodones; no tanto la forma de declamar  de esta actriz y directora de teatro- andaluza aunque no se le note, dice el que lo manda- que me parece muy afectada . Leyendo sus biografía parece que fue un autor al que se le tachó de reaccionario en su época, pero hablando del corazón, me han parecido alguno de sus versos sublimes por ese mismo entusiasmo por la vida que también a veces me embriaga.


No a conocer la vida, sino a amarla,
viniste al mundo; del amor naciste;
si es bella y es mujer, ¿quién a gozarla,
varón, mozo y poeta, se resiste?

Goza, como los niños y las aves,
del blando seno y el caliente nido;
no te apures jamás porque no sabes
de donde vienes y por qué has venido.

Amor lo es todo, conocer no es nada:
¿quién la razón de la Razón conoce?
Deléitate en los brazos de tu amada
sin descender al fondo de tu goce.

Huye del triste, apártate del sabio,
de aquel que estruja la razón y el seso;
no se hizo la miel para su labio
ni su labio se hizo para el beso.

Nunca la duda el corazón te enfríe;
marchita su ilusión quien la razona;
no escudriñes el bien; goza y sonríe;
no te asombres del mal; ama y perdona.

No esquives los suavísimos regazos
del amor y la fe: ponte de hinojos,
que aquí esta la verdad; tiende tus brazos,
abre tu corazón, cierra los ojos.

Huye de este mortal desasosiego
que interroga a las sombras del Destino,
la vida es ciega y al amor es ciego,
pero nunca equivocan el camino.

Ámalo todo, bebe de las rosas,
como la abeja, el zumo y la dulzura,
entrégate a la gracia de las cosas;
la vida, como el arte, es la ternura.

No deslustres su cándido atavío,
ni levantes la punta de su velo;
¿que logras con pensar que esta vacío,
que no es cielo ni azul tu hermoso cielo?

Renueva el corazón a cada hora
y aprende a renacer cada mañana,
como el paisaje al despuntar la aurora,
como el sol que amanece en tu ventana.

Sé artista, sé poeta, sé el espejo
del ancho mundo; aunque después te roben
los años su esplendor, no serás viejo:
la poesía es el arte de ser joven.

No te atraigan las sombras del abismo.
¿Qué importa adonde vas, de donde vienes?
No busques nada fuera de ti mismo:
todo en tu propio corazón lo tienes.

Ricardo León (1877-1943)

viernes, 15 de junio de 2012

Pequeño vals vienés




García Lorca llegó a la Universidad de Columbia en 1929 permaneciendo un año. Fue un tiempo decisivo donde el capitalismo de la época conocía su gran derrumbe. La obra que entonces escribió (Poeta en Nueva York) no se publicaría hasta 1940, ya muerto, y constituye una obra de gran importancia poética y social, por cuanto asistió espantado a esa crisis y el poco valor dado al hombre en el seno de aquel capitalismo. De ese poemario surge el “Pequeño vals vienés” que ha popularizado Leonard Cohen:

En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.
Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.
Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.
En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos. 
Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del "Te quiero siempre".
En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.


martes, 12 de junio de 2012

Tarzán y su compañera




En 1934 se rodó la película. Tarzán y su compañera, con Weissmuller y Mauren O’Sullivann haciendo los papeles de Tarzán y Jane. En la película se veía a Jane bañarse con Tarzán en un lago, en la escena, Jane nada desnuda con su compañero de la selva. Los productores consiguieron introducir tan atrevida escena en el estreno, pero la presión de grupos religiosos obligó a retirar la escena que pudo volver a ser vista hasta el año 2006 en que la Metro la restituyo en la película original. La doble de O’Sullivan fue la nadadora olímpica Josephine McKim. Sin duda unas bellas escenas…

lunes, 11 de junio de 2012

Olas



Leo este poema de José Hierro y me encanta la imagen de esas ramas viejas que maduraron por el dolor, que poda para que retoñen.

OLAS
    Blanco, ceñido de luz blanca
desde los pies a la cabeza.
Vienen de lejos hasta mí,
se alzan, me embisten, me rodean.
    Hacen nacer dentro del alma
no sé qué antiguas inocencias.
Alegría sobre las olas,
en los troncos de las palmeras,
alegría de oros y azules
bajo la luz que se dispersa.
(Esta alegría que ahora siento
yo sólo sé lo que me cuesta.)
    He podado las viejas ramas
que maduró el dolor. Las viejas
ramas. Ya el árbol tiene blancas
flores, y frutas opulentas.
    Tras el dolor consigue el alma
su plenitud. Sólo así llega
a reposar en la alegría,
a sentirse total y nueva.
    He podado las viejas ramas.
(Yo pregunté sin que me oyeran.
Quise saber si era el otoño:
tenía el cielo una luz vieja,
un oro pálido y sereno,
como las hojas secas.
Veía siempre una gaviota
planear sobre mi cabeza).
He podado las viejas ramas,
la vida entera.
Enterré en el fondo del pozo
mi clara estrella.
He podado las viejas ramas.
Puse luz en mi noche negra
para que hoy beba su alegría
la pobre alma...
                                Me rodean.
Blanco, ceñido de luz blanca
desde los pies a la cabeza.
El alma bebe su alegría
entre las olas. Se despierta
de su mal sueño. Arena casi
maternal. Entre las palmeras
hay aves de oro, frutos de oro,
niños de oro, doradas hierbas.
Las olas rompen y me embisten,
y me visten de blancas yedras.
¡Alegría sobre las olas
disparando loca sus flechas!
Despiertan dentro de mi alma
no sé qué antiguas inocencias.
    Alegría sólo presente
para que siempre sea eterna.
(Esta alegría que ahora siento
yo sólo sé lo que me cuesta).

viernes, 8 de junio de 2012

El viejo manuscrito



He estado leyendo este cuento y, llegando al final, de repente me he asombrado de que Kafka hablara de la situación que vivimos actualmente en España.

El viejo manuscrito
Franz Kafka
Podría decirse que el sistema de defensa de nuestra patria adolece de serios defectos. Hasta el momento no nos hemos ocupado de ellos sino de nuestros deberes cotidianos; pero algunos acontecimientos recientes nos inquietan.
Soy zapatero remendón; mi negocio da a la plaza del palacio imperial. Al amanecer, apenas abro mis ventanas, ya veo soldados armados, apostados en todas las bocacalles que dan a la plaza. Pero no son soldados nuestros; son, evidentemente, nómades del Norte. De algún modo que no llego a comprender, han llegado hasta la capital, que, sin embargo, está bastante lejos de las fronteras. De todas maneras, allí están; su número parece aumentar cada día.
Como es su costumbre, acampan al aire libre y rechazan las casas. Se entretienen en afilar las espadas, en aguzar las flechas, en realizar ejercicios ecuestres. Han convertido esta plaza tranquila y siempre pulcra en una verdadera pocilga. Muchas veces intentamos salir de nuestros negocios y hacer una recorrida para limpiar por lo menos la basura más gruesa; pero esas salidas se tornan cada vez más escasas, porque es un trabajo inútil y corremos, además, el riesgo de hacernos aplastar por sus caballos salvajes o de que nos hieran con sus látigos.
Es imposible hablar con los nómades. No conocen nuestro idioma y casi no tienen idioma propio. Entre ellos se entienden como se entienden los grajos. Todo el tiempo se escucha ese graznar de grajos. Nuestras costumbres y nuestras instituciones les resultan tan incomprensibles como carentes de interés. Por lo mismo, ni siquiera intentan comprender nuestro lenguaje de señas. Uno puede dislocarse la mandíbula y las muñecas de tanto hacer ademanes; no entienden nada y nunca entenderán. Con frecuencia hacen muecas; en esas ocasiones ponen los ojos en blanco y les sale espuma por la boca, pero con eso nada quieren decir ni tampoco causan terror alguno; lo hacen por costumbre. Si necesitan algo, lo roban. No puede afirmarse que utilicen la violencia. Simplemente se apoderan de las cosas; uno se hace a un lado y se las cede.
También de mi tienda se han llevado excelentes mercancías. Pero no puedo quejarme cuando veo, por ejemplo, lo que ocurre con el carnicero. Apenas llega su mercadería, los nómades se la llevan y la comen de inmediato. También sus caballos devoran carne; a menudo se ve a un jinete junto a su caballo comiendo del mismo trozo de carne, cada cual de una punta. El carnicero es miedoso y no se atreve a suspender los pedidos de carne. Pero nosotros comprendemos su situación y hacemos colectas para mantenerlo. Si los nómades se encontraran sin carne, nadie sabe lo que se les ocurriría hacer; por otra parte, quien sabe lo que se les ocurriría hacer comiendo carne todos los días.
Hace poco, el carnicero pensó que podría ahorrarse, al menos, el trabajo de descuartizar, y una mañana trajo un buey vivo. Pero no se atreverá a hacerlo nuevamente. Yo me pasé toda una hora echado en el suelo, en el fondo de mi tienda, tapado con toda mi ropa, mantas y almohadas, para no oír los mugidos de ese buey, mientras los nómades se abalanzaban desde todos lados sobre él y le arrancaban con los dientes trozos de carne viva. No me atreví a salir hasta mucho después de que el ruido cesara; como ebrios en torno de un tonel de vino, estaban tendidos por el agotamiento, alrededor de los restos del buey.
Precisamente en esa ocasión me pareció ver al emperador en persona asomado por una de las ventanas del palacio; casi nunca sale a las habitaciones exteriores y vive siempre en el jardín más interior, pero esa vez lo vi, o por lo menos me pareció verlo, ante una de las ventanas, contemplando cabizbajo lo que ocurría frente a su palacio.
-¿En qué terminará esto? -nos preguntamos todos-. ¿Hasta cuando soportaremos esta carga y este tormento? El palacio imperial ha traído a los nómadas, pero no sabe cómo hacer para repelerlos. El portal permanece cerrado; los guardias, que antes solían entrar y salir marchando festivamente, ahora están siempre encerrados detrás de las rejas de las ventanas. La salvación de la patria sólo depende de nosotros, artesanos y comerciantes; pero no estamos preparados para semejante empresa; tampoco nos hemos jactado nunca de ser capaces de cumplirla. Hay cierta confusión, y esa confusión será nuestra ruina.


miércoles, 6 de junio de 2012

viernes, 1 de junio de 2012

Virtuosismo



El de Sarah Chang interpretando la fantasía de Carmen. A la dirección un viejo conocido. Dura 5 minutos la primera pieza pero escuchad lo que queráis, merece la pena el virtuosismo de esta violinista.