jueves, 26 de mayo de 2016

"Se recuerdan los bombardeos indiscriminados sobre la población civil de noviembre del 36 en Madrid, las bombas italianas sobre Barcelona en marzo del 38, el bombardeo que arrasó Guernika en abril del 37. En cambio habían pasado bastantes desapercibidos los 'bombardeos científicos' sobre cuatro pueblos del Alto Maestrazgo: Benassal, Ares, Vilar de Canes y Albocàsser.
El 15 de abril de 1938 el ejército fascista ocupa Vinaròs y divide en dos la zona republicana. Ese mismo día ocupan el aeródromo de La Sénia y aparcan allí los Junker Ju 87A Stuka de la Legión Cóndor. Los pilotos alemanes, auténticos turistas con privilegiadas vistas sobre la contienda, montan el campamento y deciden matar el tiempo y algunos civiles.
Benassal, Ares, Vilar de Canes y Albocàsser no tienen el más mínimo interés estratégico y el frente anda cada vez más lejos, así que la Legión Cóndor aprovecha el buen clima y la calma para experimentar sobre la efectividad de los bombardeos en picado con bombas de 500 quilos.
El mayor Leopold Graf Fugger von Babenhausen, de los Fugger de toda la vida, banqueros de Carlos V, es el encargado de poner los deberes y redactar los informes, en los que constan las excelentes notas que sacan los despreocupados muchachos de la Luftwaffe. Es el informe RL35/34, 49 páginas y 65 fotografías sobre la precisión y destrucción de la táctica del bombardeo en picado ampliamente desarrollada en la II Guerra Mundial.
En el informe se detalla el resultado del bombardeo de Benassal del 25 de mayo, que destruyó todo su patrimonio del centro histórico y produjo 13 víctimas mortales (no contabilizadas en el informe). Tampoco se contabilizan la muerte de una madre y sus cuatro hijas, con otra mujer que estaba de visita, del bombardeo de Ares del 29 de mayo. Eso sí, constan el escaso margen de error de las bombas sobre el objetivo fijado (inferior a 5 m2) y el diámetro y profundidad que dejan los impactos. Los detalles técnicos, vaya, que la cosa iba de ingeniería.
En las fotos podemos ver a los pilotos alemanes de vacaciones pagadas; los chicos de la Cóndor mirando al pajarito y un caballero teutón posando en su laboratorio.




lunes, 23 de mayo de 2016

Domado por el viento

Domado por el viento. Por Oscar Nilsson.


viernes, 20 de mayo de 2016

Madeleine LeBeau

Nada, que leo por ahí que se ha muerto en Estepona Madeleine LeBeau, la Yvonne coladita por Rick Blaine en Casablanca que soltaba aquel emocionado '¡Vive la France!' al final de La Marsellesa. Madeleine LeBeau, francesa ella, tuvo que huir del país por estar casada con el actor Marcel Dalio, judío de origen rumano y por nombre Israel Moshe Blauschild. Cruzaron por España destino a Lisboa para subirse a un barco con pasaportes chilenos falsos. Los detuvieron en México. Ya en Hollywood salieron los dos en Casablanca. Ella era la última que quedaba viva del reparto. Terminada la II Guerra Mundial volvió a Europa y no tuvo una carrera especialmente remarcable, pero siempre es bueno recordar esta escena, porque siempre nos quedará Casablanca.

Simone Kermes,

La canción de cuna de "Bodas de sangre", de Lorca. En la voz de Simone Kermes, un lujo la letra y la voz.
Suegra
Nana,niño,nana
del caballo grande
que no quiso el agua.
El agua era negra
dentro de las ramas.
Cuando llega al puente
se detiene y calla.
¿Quién dirá, mi niño,
lo que tiene el agua
con su larga cola
por su verde sala?
Mujer (bajo)
Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.
Suegra
Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.
Las patas heridas,
las crines heladas,
dentro de los ojos
un puñal de plata.
Bajaban al río.
¡ay cómo bajaban!
La sangre corría
más fuerte que el agua.
Mujer
Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.
Suegra
Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.
Mujer
No quiso tocar
la orilla mojada,
su belfo caliente
con moscas de plata.
A los montes duros
solo relinchaba
con el río muerto
sobre la garganta.
¡Ay caballo grande
que no quiso el agua!
¡Ay dolor de nieve,
caballo del alba!
Suegra
¡no vengas! Detente,
cierra la ventana
con rama de sueños
y sueño de ramas.
Mujer
Mi niño se duerme.
Suegra
Mi niño se calla.

domingo, 15 de mayo de 2016

Emilia Pardo Bazán

Se han cumplido 95 años de la muerte de Emilia Pardo Bazán. Cuando yo iba al colegio, Emilia Pardo Bazán era la autora de 'Los pazos de Ulloa'. Y punto. Bueno, y condesa que andaba por el Pazo de Meirás. Y ya está. No nos contaban que también era periodista, voz temida en cualquier debate por su sólido arsenal intelectual y defensora de los derechos de la mujer, esa 'reclusa moral encerrada en un corazón que no se le permite expresar'.
No salían en las fichas que nos hacía rellenar el profesor Hernández, mientras leía el 'Mundo Deportivo' tras sus gafas de sol, los artículos de 'La cuestión palpitante' o de 'Nuevo teatro crítico', ni menciones a las mujeres obreras de 'La tribuna' o al erotismo de 'Insolación'.

Nadie nos explicó que Pardo Bazán luchaba por 'la imposición de la razón sobre la tradición del absurdo' y consideraba la educación algo fundamental para conseguir la igualdad y la emancipación de la mujer, lo que ya habla bastante de la educación que recibíamos. En 1870 el 91% de la población femenina española era analfabeta. El padre y la madre de Emilia siempre le facilitaron el acceso a la educación y la literatura, una educación de verdad, no la meramente decorativa de piano y francés destinada a las señoritas de buena cuna.
Nadie nos dijo que el padre de Emilia, José Pardo, se fue de diputado a Madrid, y harto de tanta inutilidad se llevó a la familia de viaje por Europa, empapándose de cultura hasta las cejas, aprendiendo a hablar inglés, italiano y alemán. Ni nos dijeron que mandó a paseo a su marido, José Quiroga, cuando le exigió que dejara de escribir. Y que se lió con Benito Pérez Galdós y con cuantos le vino en gana, que por algo era la única dueña de sí misma y ningún meapilas iba a darle lecciones de moral.
Tampoco supimos entonces que fue gran amiga de Francisco Giner de los Ríos, ni lo que significaban esas amistades, como irte a París a charlar un rato con Zola y Victor Hugo.
Eso sí, quedaba claro que era una buena escritora, pese a lo cual, eso ya no entraba en el cuestionario, le fue denegado hasta tres veces su ingreso en la Real Academia Española. Lo pidió para Concepción Arenal y ni caso. En fin, tampoco se lo concedieron a María Moliner. Ahí dentro no hubo sitio para señoras hasta 1978.
Abriendo camino fundó y dirigió 'La Biblioteca de la Mujer', fue la primera presidenta de la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid y la primera mujer catedrática en España. Se puso a impartir clases de Literatura de Lenguas Neolatinas en la Universidad Central. Sólo se matriculó un alumno. La tradición del absurdo nos ha hecho más de profesores con bigote y gafas de sol leyendo prensa deportiva en el aula. Y punto pelota.


viernes, 13 de mayo de 2016

Hedy Lamarr

Cuando la vi por primera vez en la televisión de blanco y negro allá por los años 60, me enamoré de ella. Su personalidad, inteligencia y extrema belleza, han estado siempre presentes a lo largo de mi periplo existencial. La vida de esta fascinante mujer es de obligada lectura y conocimiento.
Hedy Lamarr, cuyo verdadero nombre era Hedwig Eva Maria Kiesler, nació en Viena (Austria). Fue conocida como la mujer más hermosa de la historia del cine y también como la inventora de la primera versión del llamado “espectro ensanchado” (técnica de modulación empleada en telecomunicaciones para la transmisión encriptada de datos digitales y por radiofrecuencia).
Sus distintos papeles en el imperio del cine la convirtieron en una auténtica diosa. Desde pequeña destacó por su inteligencia y fue considerada por sus profesores como superdotada. Empezó sus estudios de ingeniería a los 16 años, pero tres años más tarde los abandonó atraída por su vena artística. Inició su carrera cinematográfica y pronto sería mundialmente famosa por la secuencia de la película Éxtasis (1933), en la que irrumpía sin ropa. Por dicha escena se la conocería como la primera mujer en la historia del cine que apareciera desnuda en una película comercial. Aunque quizá lo más escandaloso para su época fue la secuencia que mostraba el rostro de la actriz durante un orgasmo, un efecto que, según cuenta la leyenda, el director logró clavándole un imperdible en el trasero fuera del encuadre.
Atraído por la película, el magnate de la industria armamentística Friedrich Mandl arregló con sus padres un matrimonio de conveniencia y fue prometida en matrimonio en contra de su voluntad. Hedy calificó posteriormente esa época como de auténtica esclavitud. Durante su enclaustramiento mantuvo una relación sentimental con su asistenta. Dicha relación le permitió obtener la ayuda necesaria para escapar a EE.UU. donde reinició su carrera en el cine a manos de Louis B. Mayer, el empresario de la Metro Goldwyn Mayer, quien la protegió.
Por su condición de judía, Lamarr fue buena conocedora de los horrores del régimen nazi a través de su marido. Una vez alejada de su esposo, usó su inteligencia y estudios de ingeniería para trabajar en nuevas tecnologías militares que ayudaron a la victoria aliada.
Fue la inventora de un sistema de comunicaciones del que derivarían los actuales conceptos de encriptación empleados en el Wi-Fi o el Bluetooth. El Día del Inventor se celebra el 9 de noviembre (fecha de su cumpleaños), en su honor.
Hedy Lamarr murió en Florida el 19 de enero de 2000. Su hijo hizo trasladar sus cenizas a Viena, de acuerdo con los deseos de la actriz.