martes, 30 de octubre de 2018

Houdini

Houdini murió –a causa de una peritonitis– en la madrugada del 31 de octubre de 1926, la noche de Halloween, después de convertirse en un beligerante enemigo de las prácticas ocultistas, que ridiculizó a menudo (aunque también las rentabilizó en sus espectáculos). 
Es conocida la amistad y posterior ruptura entre el escéptico ilusionista y el crédulo escritor Arthur Conan Doyle, que pese a la mente analítica de su Sherlock Holmes, era un firme defensor de la posibilidad de comunicarse con los muertos.
Lo que no podía imaginar Houdini es que, tras su entierro en el cementerio judío de MachPelah (Queens), con el paso de los años su mausoleo se convertiría en un centro de peregrinación y “performances” de los fanáticos de espiritismo.
Desde su tumba, Houdini –fiel a sus convicciones– ha mantenido siempre un silencio sepulcral.
El cartel que ilustra este post, Do Spirits Return? (¿Vuelven los espíritus?), está datado en 1909.



lunes, 29 de octubre de 2018

Poppy Day

El día del recuerdo también conocido como Poppy Day
El día del recuerdo se celebra el día 11 de noviembre de cada año para recordar el final de la Primera Guerra Mundial ese mismo día en 1918. Los ataques finalizaron oficialmente a la “undécima hora del undécimo día del undécimo mes”. La Primera Guerra Mundial terminó oficialmente con la firma del Tratado de Versalles el 28 de junio de 1919.
El memorial evolucionó en el Día del Armisticio, que se sigue celebrando el mismo día. El Día del Armisticio inicial tuvo lugar en el Palacio de Buckingham, cuando el rey Jorge V celebró un “banquete en honor al Presidente de la República Francesa”, la noche del 10 de noviembre de 1919. El primer día oficial del Armisticio fue, consecuentemente, celebrado en los terrenos del palacio de Buckingham a la mañana siguiente.
¿Por qué el símbolo es la amapola?
Se cuenta que donde la paz de la Tierra es perturbada, y donde la tierra ha sido batida, la amapola roja florece. Tras las batallas de Ypres en Flandes en 1914 y 1915, un soldado y físico canadiense, el Teniente Coronel John McRae, notó que las amapolas crecían rápidamente alrededor de los caídos. Esto le inspiró para escribir un poema en memoria de aquellos que murieron.
Aunque se publicó en 1915, no fue hasta que una trabajadora de la YMCA americana, Moina Michael, se topó con este poema en 1918 en Nueva York, que tomó la importancia que tiene a día de hoy. Moina Michael se conmovió tanto con el poema que decidió llevar una amapola roja en símbolo de recuerdo. Moina hizo campaña para que la amapola se convirtiera en símbolo oficial del recuerdo hasta conseguirlo en 1920.
Al año siguiente, el Conde Mariscal Haig, fundador de la Legión Real Británica, se enteró de que las amapolas habían empezado a venderse en Estado Unidos, y decidió adoptar esta práctica en 1921. Para asegurarse de que habría suficientes amapolas para Escocia, Lady Haig sugirió que se creara una fábrica más en Edimburgo, y es por eso que las amapolas se han estado cultivando en el Real Jardín Botánico de Edimburgo desde entonces.



miércoles, 24 de octubre de 2018

Ramsés II,

El pasado díal 22 de Octubre el Sol ha vuelto a iluminar al gran faraón Ramsés II, como viene sucediendo desde hace más de 3.000 años. Es el Milagro del Sol, que se produce dos días al año (22 octubre y 22 febrero, desde la construcción de la Gran Presa de Aswan), que atraviesa la puerta del templo, custodiada por los 4 colosos del faraón, y la Sala Hipóstila Osiriaca y llega hasta el Sancta Santorum. Aquí están los dioses Ptah (dios de Menfis), que como Señor de la Oscuridad permanece en ella, y Ramsés II entre Amón (dios de Tebas) y Ra Harakhte (dios de Heliópolis), que reciben los rayos divinos durante unos minutos. Luego, vuelve la oscuridad al templo.

Ramsés II, que era un niño cuando su abuelo el general Ramsés fue coronado rey, debía demostrar que era de origen divino, descendiente de Horus. Finalmente se divinizó a sí mismo en las tierras nubias.

"Misterio del Sol" que Ramsés nunca lo concibió para ser compartido por miles de turistas, que acuden cada año a Abu Simbel para contemplarlo



domingo, 21 de octubre de 2018

Serendipia

(Serendipia: Hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa)
Le llamaron Serendipia porque nació niña y sonriendo.
Contaban sus bisnietas que se casó joven y enamorada y que jamás le faltó pan en la despensa.


Serendipia inventó el hilo de flores.
Aseguraba que la hora perfecta de recolección era en la hora bruja de luna llena, ni un minuto antes ni un minuto después, y que un centímetro de hilo tardaba tres meses en tejerse. Nadie conoció jamás la flor ni el telar, lo que todo el mundo sabía es que tejía corazones en pañuelos de seda y los ponía al cuello de perros, gatos, caballos o burros.
Si tu mascota aparecía con un pañuelo de hilo de flores de doña Serendipia, esa misma noche un aroma de flores silvestres te traería una buena noticia.


Serendipia conversaba con abedules, fabricaba sonrisas en caras de desconocidos, colocaba hallazgos inesperados e increíblemente afortunados en su hilo de flores y, aunque se estuviera buscando algo muy diferente, siempre se encontraba otra cosa muchísimo mejor cuando Serendipia entraba por la puerta de casa en forma de pañuelo de seda.
Ya no queda hilo de flores, se acabó hace siglos. Nos queda el alma de doña Serendipia entrando por las ventanas y junto a los abedules. Siempre sonríe. Y si observamos nuestra vida veremos que la tuvimos cerca, cara a cara, al menos una vez.



jueves, 18 de octubre de 2018

Llover bajo


LLOVER BAJO

Llegué a la casa vacía y me encerré en la habitación. No quería que mi padre me viera llorando. El primer día no. Con la cara llorosa sobre el cojín, la voz del profesor todavía resonaba acusadora. A ver, la nueva, quién formuló la ley de la gravedad? Lo peor fue las risas de los compañeros cómo agujas clavándose todas en mi cuerpo. Mañana, pensé, será peor.

También era la primera noche, la primera noche en la casa nueva. Padre llegó tarde. Abrió la puerta de mi habitación, pero me hice la dormida. Llovía. La lluvia caía del cielo como un cuerpo pesado. Y no paró de llover hasta que se me cerraron los ojos.

Al despertarme, sin desayunar, mi padre me hizo caminar encima de la hierba mojada. Íbamos descalzos, la gotas de lluvia se agarraban a los tobillos. A  esto se le dice “llover bajo”, me dijo. Después me dijo que madre ya no volvería. Le pregunté si sabía quién había inventado la ley de la gravedad. Newton, respondió. Nunca había sentido aquel nombre, y, cuando llegué a la puerta de la escuela, ya se me había olvidado . No sabía qué hacer, ya había entrado todo el mundo, estaba sola en la calle. Seguro qué el profesor me estaría esperando para preguntarme de nuevo por la ley de la gravedad. Me di la vuelta, quería salir corriendo, pero entonces noté cosquillas en los tobillos, mi padre y yo, los dos de nuevo con los pies desnudos encima de la hierba húmeda. No recordé el nombre de Newton, pero supe que el futuro no entiende de leyes y sin miedo crucé la puerta de la escuela




sábado, 13 de octubre de 2018

Prefiero...

Prefiero quedarme con la culpa que con las ganas.
Soy culpable de buscarme en las mesetas que me acercan a los rincones más desconocidos de mi misma.
Soy culpable de ponerme en las cimas que me acercan al cielo.
Soy culpable se sonreír a los valles que llenan de perfume el aire que respiro.
Soy culpable de disfrutarme en el páramo de la vida....

Soy culpable de viajar.
Soy culpable de gritarte en el vuelo de un Halcón.
Soy culpable de ser parte de Luna, Gaia, Sol y Venus. Y Marte, y Júpiter...
Soy culpable de recoger mi belleza al acariciar el mar.
Soy culpable de seguir, subir, de caminarme, de caminar.
Soy culpable de no quedarme con las ganas.




martes, 2 de octubre de 2018

Thomas Hardy

El árbol de Thomas Hardy.

Hardy, antes de dedicarse a la literatura estudió arquitectura con Arthur Blomfield, de 1862 a 1867. Durante la construcción del ferrocarril de Midland tuvieron que desplazar bastantes tumba del cementerio de la iglesia de Old St. Pancras en Londres. Blomfield le encargó la supervisión de esa tarea a Hardy y a el le debemos ese entrelazamiento entre la vida y la muerte con las lápidas encajadas entre las raíces de un fresno del jardín de la iglesia.



“Dr. Haustein”, Christian Schad

“Dr. Haustein”, Christian Schad, 1928
El doctor Haustein fue un dermatólogo judío alemán, especialista en el tratamiento de la sífilis, que atendió a las prostitutas de Kurfürstendamm en Berlin durante los años veinte del siglo pasado. Su casa fue lugar de encuentro de atistas y literatos de su época. Schad, que fue parte de ese círculo, describió la atmósfera de aquel salón como “extrema libertad intelectual y erótica, donde escritores, artistas y políticos se mezclaban con científicos, físicos y bellas mujeres”
Schad mismo describió la sombra del fondo: es Sonja, la amante del médico, cuya relación con este desencadenó el suicidio de la esposa de Haustein. Él también se suicidó con cianuro cuando la Gestapo lo detuvo en 1933. .
Esta es la historia del retrato que cuelga, como despreocupado, en las paredes del Thyssen.