jueves, 30 de abril de 2015

Alfredo Krauss

Una grabación histórica. En 1958 se anunciaba una Traviata en Lisboa. La estrella indiscutible era María Callas. Nadie prestaba mucha atención a un tenor nuevo y joven, español y canario, llamado Alfredo Krauss. 

Sin embargo, cuando intervino en escena la propia Callas, que había empezado algo apagada, reaccionó para hacer frente al reto: aquella Traviata se recuerda como una de las mejores de la historia.


Pongo un trozo, en particular el hermoso dúo a partir del minuto 4.14


lunes, 27 de abril de 2015

Pergolesi

Muerto a los 26 años, en pleno éxito de sus óperas cómicas, Pergolesi es recordado sobre todo por su admirable y emocionante Stabat Mater, un canto a la madre de Cristo como madre de todos, la que sufre con el sufrimiento de su hijo crucificado.
Cuando, Cristo, haya de irme,
concédeme que tu Madre me guíe
a la palma de la victoria.

Cuando el cuerpo sea muerto,
haz que al ánima sea dada
del Paraíso la gloria.
Amén



sábado, 25 de abril de 2015

Nine Inch Nails

Una canción, una historia. Una bella canción, una bella historia. La canción se llama 'Hurt' y los primeros que la grabaron fueron los del grupo Nine Inch Nails, que además son sus autores. Después, Johnny Cash hizo una versión. Insólitamente desnuda, apenas acompañado por su guitarra. Estaba ya muy enfermo, casi al borde de la muerte, y al ponerle su voz desgarrada y rota, pero aún sobrecogedora, la convirtió en su testamento. Una especie de balance de su vida que muy bien podría ser el de la vida de todos nosotros.

jueves, 23 de abril de 2015

Goytisolo

Goytisolo, un hombre que da la cara a los problemas con el único ejemplo que le viene a la mente como escritor, con la locura del Quijote, aquella que le lleva a afrontar el mal sin recurrir a falsas apariencias ni actitudes superficiales, con la hondura de lo auténtico.
"Las razones para indignarse son múltiples y el escritor no puede ignorarlas sin traicionarse a sí mismo", ha dicho después de recordar el "sombrío" panorama de una crisis triple: económica, política y social. "Al héroe de Cervantes y a los lectores tocados por la gracia de su novela nos resulta difícil resignarnos a la existencia de un mundo aquejado de paro, corrupción, precariedad, crecientes desigualdades sociales y exilio profesional de los jóvenes como el que actualmente vivimos. Si ello es locura, aceptémosla. El buen Sancho encontrará siempre un refrán para defenderla".
Ante un presente así, Goytisolo ha recordado que más del 20% de los niños de "nuestra marca España" viven hoy bajo el umbral de la pobreza y ha querido imaginar a Don Quijote deshaciendo nuevamente "tuertos" y socorriendo "a los miserables", es decir, "acometiendo lanza en ristre contra los esbirros de la moderna Santa Hermandad que proceden al desalojo de los desahuciados, contra los corruptos de la ingeniería financiera o, a Estrecho traviesa, al pie de las verjas de Ceuta y Melilla que él toma por encantados castillos con puentes levadizos y torres almenadas socorriendo a unos inmigrantes cuyo único crimen es su instinto de vida y el ansia de libertad".

domingo, 19 de abril de 2015

Las pinturas negras


En 1828, Francisco de Goya murió en el destierro. Acosado por la Inquisición, se había marchado a Francia. En su agonía, Goya evocó, entre algunas palabras incomprensibles, su querida casa de las afueras de Madrid, a orillas del río Manzanares. Allí había quedado lo mejor de él, lo más suyo, pintado en las paredes.
Después de su muerte, esa casa fue vendida y revendida, con pinturas y todo, hasta que por fin las obras, desprendidas de los muros, pasaron al lienzo. En vano fueron ofrecidas en la Exposición Internacional de París. Nadie se interesó en ver, y mucho menos en comprar, esas feroces profecías del siglo siguiente , donde el dolor mataba al color y sin pudor el horror se mostraba en carne viva. Tampoco el Museo del Prado quiso comprarlas, hasta que a principios de 1882, entraron allí por donación.


Las llamadas pinturas negras ocupan, ahora, una de las salas más visitadas del museo.

-Las pinto para mí- había dicho Goya.
Él no sabía que las pintaba para nosotros.

Eduardo Galeano, en “Los hijos de los días”, 2011


Y AHORA

 

Y AHORA

 

Y ahora es cuando llueve,

y la lluvia heredera

de palabras y reproches.

Ahora es hora de tejer

con las lagrimas del tiempo

el polvo del ayer,

porque ahora es cuando llueve

a la luz descalza

de tus ojos

y se ahogan las horas

ancladas en la noche

como losas que caen

empujadas por el viento

sin parar

el delirio del ahora.

Ahora es,

ahora es cuando llueve.


 


Canción de un trovador

Para los gallegos y gallegas que hay por aquí, una preciosa y pegadiza canción de un trovador gallego llamado Vasco Gil.

miércoles, 15 de abril de 2015

Neruda nunca se ha ido de mi vida. Lo descubrí muy pronto, aparece siempre cuando menos lo espero y es una sorpresa siempre entrañable, maravillosa. Acaba de caer en mis manos la publicación de sus poemas inéditos con el precioso y sugerente título de “Tus pies toco en la sombra”, una flor fresca en medio de tanto erial. Así que me dispongo a disfrutarlo con un poco de mi música preferida...

AL PIE DESDE SU NIÑO
EL pie del niño aún no sabe que es pie,
y quiere ser mariposa o manzana.

Pero luego los vidrios y las piedras,
las calles, las escaleras,
y los caminos de la tierra dura
van enseñando al pie que no puede volar,
que no puede ser fruto redondo en una rama.
El pie del niño entonces
fue derrotado, cayó
en la batalla,
fue prisionero,
condenado a vivir en un zapato.
Poco a poco sin luz
fue conociendo el mundo a su manera,
sin conocer el otro pie, encerrado,
explorando la vida como un ciego.
Aquellas suaves uñas
de cuarzo, de racimo,
se endurecieron, se mudaron
en opaca substancia, en cuerno duro,
y los pequeños pétalos del niño
se aplastaron, se desequilibraron,
tomaron formas de reptil sin ojos,
cabezas triangulares de gusano.
Y luego encallecieron,
se cubrieron
con mínimos volcanes de la muerte,
inaceptables endurecimientos.
Pero este ciego anduvo
sin tregua, sin parar
hora tras hora,
el pie y el otro pie,
ahora de hombre
o de mujer,
arriba,
abajo,
por los campos, las minas,
los almacenes y los ministerios,
atrás,
afuera, adentro,
adelante,
este pie trabajó con su zapato,
apenas tuvo tiempo
de estar desnudo en el amor o el sueño,
caminó, caminaron
hasta que el hombre entero se detuvo.
Y entonces a la tierra
bajó y no supo nada,
porque allí todo y todo estaba oscuro,
no supo que había dejado de ser pie,
si lo enterraban para que volara
o para que pudiera

ser manzana.

martes, 14 de abril de 2015

Flores de abril


FLORES DE ABRIL



Tantos inviernos

y las flores perduran,

republicanas.



lunes, 13 de abril de 2015

Coinciden en el tiempo las muertes de Eduardo Galeano y Gunter Grass. Coincidieron ambos en su pluma molesta para el imaginario colectivo, Galeano siempre me pareció un “hombre bueno”, como así también lo fue el maño universal de Labordeta. Por desgracia ningún hombre bueno tiene la facultad de cambiar el mundo, o de que sea un mundo más justo, pero si tienen la facultad de recordarnos nuestras miserias colectivas, que son muchas y variadas, DEP.

POBREZAS
Pobres, 
lo que se dice pobres,
son los que no tienen tiempo para perder el tiempo.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que no tienen silencio ni pueden comprarlo.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que tienen piernas que se han olvidado de caminar,
como las alas de las gallinas se han olvidado de volar.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que comen basura y pagan por ella como si fuese comida.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que tienen el derecho de respirar mierda,
como si fuera aire, sin pagar nada por ella.
Pobres,
lo que se dice pobres
son los que no tienen más libertad de elegir entre uno y otro canal de televisión.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que viven dramas pasionales con las máquinas.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que son siempre muchos y están siempre solos.
Eduardo Galeano

La fe de Haendel

La fe de Haendel en la inmortalidad coronada magníficamente por el toque de trompeta, en el Mesías.

La trompeta sonará, y los
muertos se levantarán incorruptos, 
y seremos transformados porque 
lo corrupto será incorrupto y lo 
mortal inmortal.

                              (Corintios 15:52-53)



viernes, 10 de abril de 2015

La mujer de la ventana

La primera vez que la vi estaba de pie frente a la ventana del vagón cafetería. Llevaba botas de cuero y medias negras. El tren iba de Barcelona  a Madrid , y ella, con el Mediterráneo y el cielo de fondo, parecía un cuadro de Sorolla.

Soy vendedor de alfombras para hoteles y siempre viajo en tren, el único transporte que permite tomar café y hacer llamadas telefónicas. Mi oficina es el asiento. Y en este despacho solitario, mi entretenimiento favorito es imaginar las historias de los pasajeros. Si me siento frente a un señor con traje y corbata, imagino que finge tener un trabajo normal pero en realidad es asaltante de bancos, y busca nuevos objetivos alejados de su ciudad. Si encuentro a un hombre que no para de hablar por teléfono, sospecho que está tratando de disuadir a su amante de que le confiese su relación a su esposa. Si veo a alguien, con cara de profesor, y leyendo libros de matemáticas del antiguo Egipto, pienso que se trata de un espía internacional escondido en la identidad del un despistado profesor de universidad. Es un hobby habitual, casi automático, que disfruto más que el cine, donde uno siempre sabe de antemano cómo van a acabar las historias.

Pero la mujer de la ventana era distinta. Ella no tenía una historia. Me resultaba imposible adjudicarle un sentido, una motivación o un contexto. Estaba hecha sólo de presente. Y en     segundo lugar, aunque nada en su semblante lo advertía, entendí desde el primer momento que ella también era una cazadora furtiva de personajes, que me había descubierto a mí, y que entre nosotros se establecía es ese instante una relación especial. No, no estoy hablando de sexo. De hecho, ni siquiera nos hablamos. Nuestra historia sólo podía estar hecha de silencios.
Volvimos a encontrarnos dos meses después, en el coche bar de un Madrid-Gijón. Esta vez, su falda verde combinaba con el paisaje montañoso de las ventanas. No hice ninguna llamada durante ese viaje. Me limité a disfrutar de su presencia, mirando de vez en cuando a otro lado para que ella pudiese verme a mí.

A partir de entonces, nuestros encuentros se hicieron más frecuentes. La vi con fondo de molinos castellanos y despeñaperros, entre rías y pinares. A menudo su presencia no era tan obvia. Se sugería dejando un pañuelo en el asiento o un borrón de carmín en el espejo del baño. Sólo yo sabía que eran sus señales, y que lo nuestro se parecía sospechosamente al amor.

Ayer, finalmente, me concedieron un ascenso. Mi jefe me anunció sonriente que ya no tendría que viajar tanto, y sólo lo haría a destinos europeos y en avión.

Hoy renuncié al trabajo...


domingo, 5 de abril de 2015

Camille Claudel

En la Navidad de 2007 acudí a una exposición en Madrid sobre la obra de Camille Claudel. Sabía que había mantenido una relación tormentosa con Rodin (vi la película con Isabelle Adjani y Depardieu), poco más.
Paseé por la exposición, que era impactante, ausente de figuras amables. En los trazos a veces tan toscos, en los rasgos que parecían esculpidos a golpes, se sentía una pasión que te alcanzaba como espectador.
Me detuve en la que se consideraba su mejor obra, "La edad madura", con una figura (¿ángel, demonio?) que aparta al hombre viejo de la joven que llora, humillada e impotente, a sus pies. Fue su hermano Paul quien dio la fácil versión de que representaba a Rodin y su mujer frente a su hermana arrodillada. Pero era algo más, cómo el tiempo te aparta de la juventud y sus goces, del amor y la ilusión.

Luego supe de su terrible final, 30 años en un manicomio en el que le encerraron su madre y hermana (Paul siempre lejos), años en que ya no volvió a esculpir nada como una forma de protesta a su situación. También supe que fue enterrada en una fosa que desaparecería con los años. Cuando los descendientes de su hermano acudieran, con la obra de su tía resucitando y adquiriendo fama, se encontrarían que sus huesos habían desaparecido por una obra de ampliación en aquel modesto cementerio.
Foto de su juventud y otra, pocos años antes de morir en 1943.




Conchita Robles

No siempre es posible ver un fantasma,  pero aquí lo tenéis. En enero de 1922 la actriz Conchita Robles fue muerta por su marido, el comandante Verdugo, de un balazo en el corazón durante su actuación en el teatro de La Comedia de Almería.
Desde entonces es el fantasma más entrañable de la ciudad andaluza, paseándose por el teatro muchas noches de estreno. Dicen que lo hace intentando terminar la representación de la obra que su marido y asesino le impidió concluir.
En la foto, un año antes, cuando ya era una figura consagrada de su compañía, primera actriz de la misma.


sábado, 4 de abril de 2015

Zarabanda

Hay composiciones imponentes que reviven al asociarse a una película, como le pasó a esta Zarabanda de Haendel con "Barry Lindon".

viernes, 3 de abril de 2015

Después de un sueño

Aquí quedo, vencido por completo,
sepultado bajo tantos esfuerzos,
esperando siempre, esperando.
Queda mi espíritu, cansado,
inerme, atropellado quizá,
pero aún levanto la mirada y aguardo.
Porque somos como un árbol viejo,
destinado a ser derribado,
y aún de las cenizas levantamos
un espíritu vencido, que mira al frente.
Es la esperanza la que sostiene
la fuerza y el fuego que nos abrasa,
el sentido pleno de los años perdidos.
La esperanza que soporta
el peso de los fracasos,
el susurro de las ausencias,
el fin de todos los sueños.

"Después de un sueño", la preciosa canción de Gabriel Fauré.

Más Bach

Decía el otro día que Bach fue prácticamente olvidado durante 75 años. Desde que murió sus propios hijos lo consideraron arcaico frente a los nuevos sonidos del rococó, parte final del barroco, en el que ellos eran protagonistas o como lo fue Mozart poco después, justo antes del romanticismo que empezara con la obra de Beethoven.
Fue un discípulo de un discípulo del viejo Bach el que confió al joven Mendelshon el valor de aquel maestro. Cuando éste dirigió una Pasión según San Mateo en 1929, de repente todo el interés explotó y se dieron cuenta de la indiscutible modernidad de la obra de Bach.
En su música instrumental destacan los conciertos de Brandeburgo, por ejemplo, o sus suites orquestales. Hay temática original pero dentro de unas formas que ya habían establecido Vivaldi, Corelli y demás. En ellas el violín alcanzaba un grado de virtuosismo difícil de igualar. Cuando Bach era de mediana edad los violeros italianos, con Stradivarius a la cabeza, construían unos instrumentos insuperables.
Fue entonces cuando Juan Sebastián Bach mostró sus deseos de ir más allá de todo lo conocido hasta entonces. El violín siempre se había acompañado por un bajo continuo en forma de piano, por ejemplo. Él lo dejó solo en el escenario forzándolo a mostrar una capacidad polifónica desconocida en un instrumento incapaz de dar varias notas a la vez.
Todo esto se demuestra brillantemente en la Partita nº 2 tal como la interpreta hoy en día Maxim Vengerov justamente pulsando su violín Stradivarius. Obsérvese las distintas "voces" (grave, aguda) que consigue jugando con la interrupción rapidísima de las notas que parecen crear dos tonos simultáneos.