Hace cuatro
años visité Burgos, Lerma y me acerqué a Santo Domingo de Silos con su claustro
románico como no hay otro. A lo largo de aquel día de visita fui caminando unos
2 km hasta el desfiladero de la Yecla. Era el mes de julio y esa distancia la
cubrí por el campo paseando rodeado por incontables mariposas que me fueron
acompañado todo el recorrido. Al final, este desfiladero era sorprendente. En este vídeo he podido
recordar perfectamente la sensación de estrechez, el tener la otra pared del
desfiladero en ocasiones al alcance de la mano. Un lugar digno de ser conocido.
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