Un discípulo y su maestro estaban caminando por el bosque. El discípulo se sintió perturbado por el hecho de que su mente estaba en agitación constante. El discípulo preguntó a su maestro: “¿Por qué la mayoría de las mentes de la gente están inquietas y solo unos pocos poseen una mente tranquila? ¿Qué se puede hacer para calmar la mente?”
El profesor miró al discípulo, sonrió y dijo: “Voy a contarte una historia”.
Un elefante estaba de pie comiendo las hojas de un árbol. Una pequeña mosca llegó y voló junto a él, haciendo un desagradable zumbido cerca de su oído. El elefante agitó sus largas orejas para espantarla. Pero poco después la mosca llegó de nuevo y el elefante volvió a sacudir las orejas. Esto se repitió varias veces.
Tras varios intentos fallidos para espantar definitivamente a la mosca, el elefante se dirigió a ella y le preguntó:
-¿Por qué estás tan inquieta y eres tan ruidosa?, ¿por qué no puedes quedarte por un tiempo en un solo lugar?
La mosca respondió:
–Me atrae lo que veo, lo que escucho o lo que huelo. Mis cinco sentidos me reclaman con todo lo que sucede a mi alrededor y no puedo resistirme. ¿Cuál es tu secreto, elefante? ¿Cómo puedes mantenerte tan tranquilo y quieto?
El elefante dejó de comer y dijo:
-Mis cinco sentidos no dirigen mi atención. Tengo el control de mi atención y puedo dirigirla a donde quiera. Esto me ayuda a sumergirme en todo lo que hago y, por lo tanto, mantener mi mente centrada y tranquila. Ahora que estoy comiendo, estoy totalmente inmerso en el comer. De esta manera, puedo disfrutar de mi comida y masticar mejor. Yo controlo mi atención y no al revés, y esto me ayuda a estar tranquilo.
NOTA: Los asiáticos ven al elefante como símbolo de fuerza, sabiduría e inteligencia.
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